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Cuba es una cuna de grandes boxeadores y una escuela de pugilismo a nivel mundial, por eso no es de extrañar que el fallecido comandante Fidel Castro tuviera en el boxeo una de sus más grandes pasiones.

Durante el periodo que Castro gobernó a Cuba, surgieron dos de los más grandes pugilistas que ha dado a nivel amateur la Isla: Teofilo Stevenson y Félix Savón. Además impulsó la práctica del boxeo al punto de transformar a su país en una potencia a nivel olímpico.

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Pero al tiempo que se desarrollaba la práctica del boxeo amateur, Fidel fue un férreo opositor de la práctica de este deporte a nivel internacional por lo mismo muchos de los más grandes talentos que ha dado el boxeo nunca pudieron desarrollarse en este ámbito a menos que decidieran abandonar la Isla y traicionar la Revolución.

Ese fue el caso de púgiles como Yuriorkis Gamboa, Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, quienes fueron calificados como “traidores” por el mismisimo Fidel Castro quien fue especialmente duro con Lara.

“La mayor responsabilidad, a mi juicio, corresponde a Erislandy Lara, quien era el capitán del Equipo de Boxeo, y aun así incumple normas y va a parar directamente a las manos de los mercenarios. Tiene 24 años y es estudiante universitario de Educación Física y Deportes”, apuntó Castro en sus escritos publicados en la prensa cubana.

Su molestia fue tal que dichos boxeadores fueron vetados del deporte y durante el tiempo que vivieron suspendidos en la isla sus retratos fueron borrados de los gimnasios y su historia olvidada. La sentencia: quedaban condenados al ostracismo.

De todas formas esa molestia fue bajando con el paso de los años al punto que durante 2015 Yuriorkis Gamboa pudo regresar a la Isla a visitar a sus familiares y amigos.

Ali vs Stevenson, la frustrada “Pelea del siglo”

En 1978 promotores de Estados Unidos (entre ellos Don King y Bob Arum), se acercaron a las autoridades deportivas cubanas Raúl Villanueva, presidente de la Federación Cubana de Boxeo y Jorge García Bango (fallecido) en esa época presidente del Instituto Cubano de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) para ver si concretaba la pelea del siglo Muhammad Ali – Teofilo Stevenson.

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Aunque las negociaciones habían comenzado antes, no fue hasta que en 1978, cuando Ali en compañía de varios promotores de boxeo profesional viajaron a La Habana.

La meta era llegar a un acuerdo para realizar una pelea entre Ali, monarca olímpico en Roma 1960 en el peso semi pesado (hasta 81 kilogramos o 178 libras) y tres veces campeón mundial en los súper pesados a nivel profesional, y el púgil más grande que ha dado toda la historia en los pesados a nivel amateur, Teófilo Stevenson.

El ídolo del central Delicias, en Las Tunas, el “Teo” como cariñosamente le llamaban a Stevenson, fue tres veces campeón olímpico (Munich 72, Montreal 76 y Moscú 80), además de titular en los Campeonatos Mundiales de Boxeo Amateur en La Habana 74, Belgrado 78 y Reno, Nevada, en 1986 a los 34 años de edad.

En las negociaciones para la pelea Ali-Stevenson efectuadas en La Habana en 1978 estuvo involucrado Fidel Castro.

El pedido de la Federación Cubana de Boxeo era realizar cinco peleas en igual cantidad de ciudades de Estados Unidos en diferentes días a tres asaltos cada uno. Los jueces y el tercer hombre del ring debían ser neutrales y los puntos en cada pelea contaban. Si había nocaut ahí mismo terminada todo.

Los promotores de Ali deseaban una pelea como mínimo a 10 rounds. Ese fue el motivo de que no se efectuara la denominada Pelea del Siglo entre dos legendarias figuras del boxeo universal, los “asaltos”.

La reunión de Ali con Fidel

“Golpéame aquí, dale”, le dijo Fidel Castro a Muhammad Ali señalándose la cara. Era 1996 y Cuba estaba viviendo una de las peores fases de lo que se denominó el “periodo especial”, donde a pesar de tener algunos de los médicos más calificados del mundo, estaba sufriendo de falta de medicinas.

Por esa razón la Cruz Roja Internacional organizó un viaje humanitario a la isla y eligió a Alí para liderar la delegación.

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“Durante esos cinco días, Muhammad Ali estuvo en varios rincones de Cuba visitando la gente que lo recibía como un verdadero campeón”, le dijo a BBC Mundo la fotógrafa Hazel Hankin, quien acompañó al campeón en su travesía.

Cuando ya se disponían a regresar a Estados Unidos, les avisaron a él y al resto de acompañantes que Fidel Castro los iba a recibir. “Nos llevaron a un lugar que nunca llegué a precisar. Allí, mientras tomábamos un jugo, de repente apareció Fidel y comenzó a bromear con Alí”, recordó Hankin.

El diálogo entre ambos fue un intercambio de bromas y de algunos pequeños jabs. Ali y Castro sonreían, mientras los observaba el triple campeón olímpico cubano Teófilo Stevenson -quien era amigo cercano de Ali- y lo había acompañado durante su estadía en Cuba.

De repente, Castro le señaló el rostro y le dijo “golpéame aquí, dale”. “Ahí fue cuando tomé la foto, que se convirtió en el símbolo de aquella visita histórica”, dijo Hankin.

“Muhammad Ali fue un hombre que tenía una capacidad de ser recibido por todos y en Cuba, donde el boxeo es algo tan importante, fue evidente su influencia y su apoyo en uno de los momentos más difíciles de la isla. Fue un honor estar en ese lugar y compartir ese instante”, concluyó.