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La boxeadora nacional Carolina “Krespita” Rodríguez fue la nueva invitada del programa ‘Llegó Tu Hora’, en donde se refirió a los momentos que la han llevado a convertirse en campeona mundial en la disciplina y cómo ha abordado la maternidad en esta etapa. Además, habló sobre sus días de cárcel luego de ser acusada de tráfico de drogas en Bolivia.

Para iniciar, la luchadora se refirió a los daños físicos que provoca boxear. “El que se pica lastima a alguien, pero en este caso lo hacemos en igualdad de condiciones. Una persona de un golpe no puede morir, son las malas prácticas: porque llega totalmente deshidratado o hace el peso a última hora, lo que debilita el cuerpo. Hay gente que se deshidrata 10 kilos para un combate. Todos los deportes son riesgosos, en todos puede pasarte algo. Creo que no puede haber ningún riesgo si lo hago bien”.

Respecto a cómo le cambió la vida ser madre, Rodríguez sostuvo que “cuando Megan nació, el proceso del embarazo fue bastante difícil y volver me costó, porque ella era mala para dormir y compatibilizarlo me costó. Me asesoré con especialistas para entrenar embarazada. Para una deportista de alto rendimiento no es problema, pero cada uno tiene su opinión y eso se respeta. Prioricé lo que me hacía bien a mí y a mi bebé”.

Sobre si ha sido discriminada, la deportista expresó que “me discriminaron desde que empecé porque jugaba a los juegos que dicen que son de hombre. Cuando empecé con el kick boxing me decían que las mujeres no sirven pare esto, pero yo le metía ganas. Me tuve que ganar el respeto de los hombres peleando”.

Luego confesó que “a mi entrenador le ofrecieron arreglar una pelea, pero yo no lo acepté. Es algo común en el mundo de las luchas”.

Más tarde, sostuvo que en Chile el box “no lo valoran, me han cerrado la puerta varias veces. Siempre trato de hacer eventos y me cierran la puerta. A veces pienso que si hubiera sido campeona mundial siendo hombre, sería más fácil”.

Consultada sobre si entraría a la política, destacó que “me gustaría ser ministra del Deporte”.

En los comienzos de su carrera, la “Krespita” sostuvo que “trabajaba en distintas cosas para tener para la micro” y en su niñez que “con mi mamá vendía ropa en la calle”.

Luego, destacó que “por practicar boxeo me decían lesbiana (…) Que seas lesbiana o no, da lo mismo el deporte que practiques mientras te haga bien, aquí no hay un tema genérico. Hay muchas abogadas y secretarias que son lesbianas…”

En cuanto a la polémica con Martín Vargas, la boxeadora explicó que “yo a él lo admiro como deportista, no como persona. Pero a mí me tocó como mujer, no como deportista, porque dijo que tenía que estar en la cocina lavando platos. Eso fue lo que a mí me molestó. No es mi ídolo por su estilo de pelea, porque no me gusta, pero no puedo desmerecer todo lo que hizo en boxeo y lo felicito y siempre lo nombro. Pero mi molestia fue por esa frase”.

Sus días de cárcel en Bolivia

Sobre los días que pasó en la cárcel de Palmasola, Bolivia, por tráfico de drogas, Rodríguez sostuvo que “en ese momento había empezado a hacer el gimnasio. Como recién empezaba no podía sacar un crédito y lo sacó una amigo (…) Me ofrecieron como 20 mil dólares y para mí era como pagar todas las deudas. Pensé que era malo, pero que iba a hacer eso y nada más, y que iba a poder cumplir mi sueño. Decía ‘tengo que ganar la plata y devolverla’ (…) Estuve 11 meses presa. Yo llegué allá y me empezó a entrar el pánico de que estaba haciendo algo mal y que arriesgaba que me encerraran. Titubeé, pero ya estaba ahí y no había nada que hacer. Cuando me detuvieron estaba en shock, no pensaba en nada”.

Cuando llegó a la cárcel, afirmó que “tenía miedo de que me pudiera pasar algo (…) Dentro del todo la saqué barata. Allí todos se enteraron de que hacía kick boxing y nadie me buscaba. Eso me sirvió. Al final viví el proceso sola”.

“Cometí un error. Para los papás es difícil verte ahí, no es por lo que lucharon”, enfatizó.

Luego, sostuvo que “tenía que firmar, y como no conocía la ley de allá y me entregaron todos mis papeles, yo me devolví. El pasaporte no me lo pasaron pero volví con carnet, por tierra. Yo no me fugué, pasé por la frontera y con policías ahí. Nunca pasó nada hasta que salió la nota. Sé que Bolivia es un país corrupto y tengo miedo de que se pueda reactivar una petición de extradición”.

“Yo no soy una persona desconocida en Chile, por lo que Evo (Morales) me podría usar”, expresó.

Puede revisar el capítulo completo aquí.

Fuente: TVN

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