Fernando Lavoz es un fotógrafo de Osorno que se ha dedicado en el último tiempo a retratar el boxeo en sus diferentes dimensiones. Una de ellas tiene que ver con un proyecto que ha comenzado a desarrollar y que vincula la práctica del boxeo femenino con la violencia de género.

Su serie “Golpe al machismo” retrata a una serie de mujeres boxeadoras con frases que manifiestan los distintos abusos que sufren afuera de los gimnasios “como una forma de autodefensa y contrarrestar la violencia patriarcal, tan presente en nuestra sociedad de hoy, varias niñas y mujeres usan el deporte y el arte pugilístico como una herramienta de liberación”, sostiene Lavoz.

¿Cómo nace la idea de hacer este proyecto de vincular el boxeo femenino con la violencia de género?

Hace más de un año estoy haciendo reportajes sobre boxeo acá en el sur, entonces, he ido descubriendo las escuelas y comencé a ver que había muchas mujeres practicando boxeo. Me empezó a llamar mucho la atención, conversando con gente, por qué boxeaban, sobre el uso de la violencia, el machismo en el boxeo, porque es un deporte machista en general y comienzo a hablar con ellas y de repente se me ocurre que existe esta especie de contradicción de practicar un deporte “violento” y la sensibilidad respecto de un tema como la violencia de género y se me ocurrió la idea de hacer estos retratos donde ellas propusieran una idea no violenta y que quisieran expresar. Entonces, como ya las conocía, empezamos a diseñar las frases que están escritas de puño y letra de ellas. Así fue como nació este contraste que quiero seguir desarrollando, contactar más boxeadoras porque me parece interesante.

En tu página pones que ellas usan el boxeo como liberación ¿Qué es lo que más te llamó la atención a la hora de conversar con ellas y plantear este tema?

Lo primero que me llamó la atención es que son mujeres muy jóvenes. Segundo, que la mayoría son estudiantes de carreras universitarias que les gusta este deporte además del acondicionamiento físico y lo más curioso es que cuando yo les hablo de esta violencia, de esta no violencia, cómo lo ven ellas, es como que explotarán y todas me dicen que tienen algo que decir y están muy dispuestas a hacerlo.

Hay como una necesidad de un discurso que quiere salir en el fondo.

Claro, fue muy espontaneo. Siempre trato de buscar que sean femeninas, su tipo de vendas, los guantes, siempre son coquetas, siempre son mujeres, pero aflora eso muy fuerte y yo he visto en comentarios donde voy subiendo las fotos y hay intercambios de comentarios entre hombres y mujeres donde se señala la necesidad de expresión. Encontré muy interesante eso y lo otro es que los compañeros, los boxeadores, cuando hacíamos las fotos a mitad del entrenamiento, ellos veían la frase y se quedaban en silencio, no tenían qué decir.

¿Cómo es la convivencia que tu viste con estas chicas que, de cierta forma, vienen a invadir un espacio que en el pasado fue netamente masculino?

Mucho respeto. Todas las veces que he ido he visto mucho respeto de parte de los hombres hacia ellas. También el trato con el profesor en el entrenamiento es de igual a igual respecto de la exigencia. Eso me parece bueno.

¿Qué te parece esta contradicción de que en Chile, cuyo único título mundial se consiguió a través de una mujer, se entregue tan poco apoyo al boxeo femenino?

Encuentro lamentable pero es algo que es transversal, sea hombre o mujer. Pienso que la “Crespita” sea campeona mundial, marca un referente y hace que muchas jóvenes quieran practicar ese deporte y se ven motivadas con eso. Lamentablemente es un deporte dirigido, por lo menos por lo que yo he visto por acá, por hombres mayores y machistas. Acá es una ciudad tradicional de boxeadores, se practica mucho, hay cerca de ocho escuelas de boxeo en una ciudad tan pequeña me parece increíble, pero es un corcho que no sale. Hay gente muy buena campeona de Chile que si no salen al extranjero no van a poder llegar a un nivel de categoría para poder competir. Eso de que van a entrenar después del trabajo a las 7 de la tarde y Robinson (Laviñanza) después va en la moto a repartir el sushi y sigue entrenando en la mañana es algo que no debería ser, si son campeones chilenos, si ya estamos en el siglo XXI. Es como el jugador de fútbol a pata pelada que no importa que juegue sin zapatos porque igual es bueno, no corresponde. El sacrificio del boxeador, el peso, entrenar duro, la mentalidad con él mismo. Se mira a huevo este deporte.

¿Como fotógrafo, como artista, qué es lo que te llama la atención del boxeo?

El entrenamiento duro, no digo que los otros deportes no entrenen, pero la lucha consigo mismo del boxeador es única. Los entrenamientos en condiciones que siempre son adversas, después de todo el esfuerzo que los chicos hacen y después no tengan combates. Me llama mucho la atención también lo del peso, es como una especie de huelga de hambre que hacen antes del combate, yo hablaba con Carlos Uribe y hablaba con su señora y me contaban que cuando estaba por dar el peso era terrible familiarmente la vida, cocinar, se ponía idiota porque no podía comer, eso para mi es increíble. Lo otro es que hay una cosa estética que me llama mucho la atención, el carácter en el retrato, la luz en el ring, la luz en los entrenamientos, mas encima acá en el sur que es como oscuro, la lluvia, eso me gusta mucho.

En tu página sale que este es un trabajo en progreso ¿cuándo esperas terminar esto y cómo pretendes también presentarlo?

La idea es seguir contactando boxeadoras, acá en Santiago donde vaya y explicarles el proyecto. Quiero darle todo este año a ver si puedo hacer una serie grande porque además estos proyectos parten como una idea pero de repente evolucionan y podría hacer fotos en otros contextos, son cosas que van apareciendo con el trabajo. La idea sería hacer una exposición, en algún momento todavía no sé dónde, ni cuándo, o hacer un foto libro porque además esto de las mujeres pasa a tener también una lectura política. Es una imagen fuerte la de una boxeadora, que está entrenando, que golpea, que la golpean y que no tiene nada que ver eso con que la piropeen en la calle u otros tipos de abusos.