Amarga noche vivió el boxeo nacional en la velada de ayer en el club Huemul, tanto para el boxeo profesional como para el amateur. La organización apostó por hacer más competitiva y variada la cartelera, trayendo a cuatro argentinos para los combates amateur. Demostrando más experiencia sobre el ring, los púgiles argentinos se llevaron tres peleas por decisión unánime y una por la vía del KO en la categoría de 75 kilos.

El evento principal que parecía ser la redención para los chilenos sorprendió a los asistentes de Huemul. Mario Contreras salió luciendo un muy buen estado físico y comenzó de buena manera su pelea pactada a ocho asaltos. Durante el primer round Contreras fue preciso e hizo retroceder a Amitrano.

Por su parte, el argentino estudiaba a su rival para planear el resto del combate. Las observaciones que realizó la esquina de Amitrano comenzaron a sentirse a mediados del segundo round, momento en que los contragolpes contuvieron a Mario Contreras.

Sin embargo, nadie esperaba lo que ocurriría en el tercer asalto. A los treinta segundos, un certero y veloz contragolpe de Amitrano golpeó el mentón de Contreras, enviándolo a la lona. Ante la atónita mirada de un repleto club Huemul, se declaraba por finalizada la pelea.

A pesar de haber perdido todos los combates contra los transandinos, podemos decir que fue una muy buena velada. Gracias a que la organización optó por traer rivales de otro circuito pudimos darnos cuentos que, al menos en el boxeo amateur, es necesario prepararse mejor física y tácticamente.

En efecto, los argentinos no solo mostraron más experiencia sobre el ring, sino una alta capacidad de responder a lo que plantearon los nacionales durante el combate. Sin duda habrá sido una noche de aprendizaje para muchos y esperamos que se vea reflejado en las próximas peleas, con el anhelo de que el boxeo chileno siga creciendo.