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En una velada con sabor a fraude, la nueva promotora de GGG organizó una serie de combates entre boxeadores kazajos dirigidos por Max Golovkin, la mano derecha de Gennady. Vimos a lo mejor del boxeo kazajo: Ali Akhmedov vs Marcus McDaniel y la estrella del boxeo amateur Israil Madrimov. Ambos ganaron por nocauts sin mucha oposición, en combates donde los rivales más bien parecían pactados a lanzarse en asaltos determinados.

Pero aún faltaba lo “mejor” de la noche, el retorno de Gennady Golovkin en un peso pactado en 164 libras, lo que es técnicamente un combate en categoría súper mediano. Relatar la pelea en sí misma no es más que una pantomima de boxeo. Rolls hizo su show  y terminó estrellado en la lona y seguramente nunca más volveremos a saber de él. Para Rolls era su segunda pelea pasados los 8 asaltos y en la clasificación mundial está ubicado en el puesto numero 79. Enfrentándose a uno de los mejores boxeadores de la actualidad, evidentemente solo le quedaba lucir lo menos mal posible antes de ser noqueado como dice el libreto.

No es la primera vez que Golovkin hace estas farsas, ya las vimos antes con Dominic Wade (Ko 1 asalto) y Vanes Martirosyan (Ko2) el año pasado. En combates que fueron para el olvido. Esta vez, el kazajo proclamó después de su gran victoria la necesidad de volver a pelear contra Saul Álvarez por tercera vez. Es aquí donde surge la pregunta ¿es esto necesario?. 

Es una pelea muy posible, pero debido a las razones incorrectas, las montañas de dinero que DAZN, De la Hoya, Canelo y GGG esperan volver a hacer. Es una buena pelea, no hay duda, pero el mexicano ya demostró su superioridad técnica sobre el GGG, sumado a esto último, es necesario recordar que la división de peso medio aun tiene boxeadores y bastante competentes. Como Demetrius Andrade, Daniel Jacobs , Brant, Murata y Derevyanchenko, este último ganó la eliminatoria de la FIB para enfrentar a Canelo. Curiosamente en mayo de 2018, cuando Derevyanchenko era el retador mandatorio de Gennady Golovkin, éste ultimo decidió ir contra Martirosyan en un combate de parodia, perdiendo así el título FIB al rechazar su defensa contra el ucraniano, El resto es historia conocida.

La pelea contra Canelo es posible solo por la cantidad de dinero que podría producir, pero, en lo deportivo, se aleja de verdaderos desafíos que ambos boxeadores podrían asumir. A modo de reflexión, cuando los medios organizados por la industria  del boxeo proclaman esta pelea como una obligación heroica, es más bien una buena excusa para evadir rivales reales y defensas titulares. Esperemos que de ocurrir una trilogía, sea después que GGG pueda combatir contra un rival de jerarquía y no la parodia de combate que tuve la desgracia de presenciar este sábado.

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