Historia Extraña del box: John Bull y Kid Charol, los showman de inicios del boxeo nacional
Nuestro boxeo nacional nació con el problema geográfico de estar al extremo del mundo conocido, si hoy los…
Jorge Drouillas Espinosa 21-08-2019 / 14:20:10Nuestro boxeo nacional nació con el problema geográfico de
estar al extremo del mundo conocido, si hoy los problemas de comunicación siguen
existiendo, a comienzos de 1920 eran una
epopeya. El boxeo cada vez en mayor auge necesitaba de nuevos exponentes ya lo
al público era necesario para seguir haciendo veladas comercialmente
Es 1925 y desde Recoleta llega John Bull, un supuesto marino inglés, que llegaba a las peleas con smoking y botas de montar, al parecer
era chileno, pero con la particularidad de ser colorín, originario de Recoleta,
Bull parecía hacer todas las categorías de ligero a súper mediano, descrito como: “un gordito con frac”,
durante la segunda década del siglo XX, combatió contra todas las figuras del
boxeo nacional. Era un coloso, pero desde el tercer round, no hacía más que
recibir. Aunque siempre terminando de pie, en medio de un festival de risas.
Nota aparte, su presentación como marino inglés, que había cruzado los mares
El invento de Ratinoff funciono de dos formas, por un lado creo, la figura mítica de chilenos derrotando al poderoso inglés de “frac y botas de montar” y después a modo de circo, por la risa que provocaban sus combates. Es importante destacar que Ratinoff también era empresario de
circos, y comprendía muy bien la dinámica he importancia del humor, en una
pelea de semi fondo. Después de todo John Bull siempre era una buena apuesta, hacía
reír al público y estaba disponible para todo, además siempre era posible
Kid Charol, la doble identidad
En 1925, también llegaba otro personaje sumamente excéntrico, era “Kid Charol” de origen panameño, este
apodo debido a sus zapatos de charol tan característicos, llego junto al
que por cuestiones raciales de la época, desde Estados Unidos, se asumía la
raza negra como inferior e infantil. Entonces los nombres comerciales, siempre
En realidad se
llamaba Esteban Gallardo y era conocido por su traje, siempre de etiqueta,
bastón, lentes de sol y con lo último de la moda. Lo curioso era su doble
identidad, Gallardo de día era un gentleman, parecía un empresario pero cuando
un extravagante boxeador, que acusaba a todo el mundo de no querer pelear con él,
Fue acusado de armar
fraudes, en los que pagaba a sus rivales para lazarse en determinado momento.
Ante estas acusaciones que iban y venían en la prensa, el campeón amateur nacional
de peso mediano, Armando Vargas paso a
Charol mostro sus verdaderas habilidades, le dio una paliza
brutal al chileno, pero los jueces declararon empate. También peleo en semi
pesado con el avezado William Murray, donde fue derrotado ajustadamente. Las crónicas
de la época hablan de que era un boxeador hábil, con excelentes reflejos y
defensa. Después de una infructuosa carrera, ya que era mánager de sí mismo,
opto por viajar Argentina, donde hizo una excelente campaña en Buenos Aires,
las ganancias económicas, fueron dilapidadas en la noche porteña. En donde en
1930, murió de la mortal tuberculosis y fue enterrado con sus pantaloncillos
La historia de ambos personajes, corresponde a una época de
enorme crecimiento del boxeo profesional, en donde la necesidad de nuevos
boxeadores, que dieran espectáculo, fue creciente en el tiempo, así como también
el desarrollo de boxeadores que asemejaran la complejidad del boxeo al circo.
Charol y John Bull eran inventos, excéntricos con sus trajes y presentaciones exóticas,
pero muy necesarios para sostener el show mediático que es el boxeo profesional.