🥊 Lo primero que hace un boxeador tras su primera derrota es cambiar algo. Puede ser su entrenador, su preparación física o incluso su mentalidad. Pero lo más común es ajustar el peso: subir para evitar el desgaste de la báscula o, como Skye Nicolson, apostar por lo contrario.
⬇️ La australiana, excampeona pluma del WBC, sorprende al elegir descender de categoría tras perder su título ante Tiara Brown en abril. Con un récord de 12-1 (1 KO), ahora apunta a supergallo (122 lbs) para su próximo combate, previsto este invierno.
💭 “Tras la derrota, analicé qué mejorar”, admitió Nicolson a Matchroom Boxing. “Probaremos en 123 o 124 lbs y luego el objetivo es 122. Es un nuevo desafío que me motiva”. El cambio le ofrece un reinicio simbólico, aunque solo el ring confirmará si fue la decisión correcta.
🏆 Nicolson había conquistado el cetro pluma en 2024 ante Sarah Mahfoud y lo defendió dos veces antes de caer ante Brown, quien la superó por puntos en su propia tierra. La derrota no solo le arrebató el título, sino también su invicto.
🔄 Históricamente, los boxeadores suelen subir de peso tras fracasar, culpando a la dura reducción. Pero Nicolson rompe el molde: “Exploraré 122 lbs con ilusión”, insistió. Su adaptación a un division más ligera, donde la velocidad y resistencia serán claves, marcará su futuro.
🔥 Mientras ajusta detalles con su equipo, la pugilista de 28 años mira hacia adelante: “Es una oportunidad para reinventarme”. El mundo del boxeo sigue de cerca si este salto al vacío —o al peso— será su resurrección o un nuevo obstáculo.