Una parrilla bien condimentada, con asistentes ilustres del boxeo, y púgiles y público comprometidos con el espectáculo. Una buena mezcla que entusiasma para el paso siguiente, ponerse los guantes. Para ello la Liga también abre espacios.
Una parrilla bien condimentada, con asistentes ilustres del boxeo, y púgiles y público comprometidos con el espectáculo. Una buena mezcla que entusiasma para el paso siguiente, ponerse los guantes. Para ello la Liga también abre espacios.