Aquella velada en el Araneta Coliseum —renombrado temporalmente Philippine Coliseum— fue el capítulo final de una rivalidad profunda y personal que se había iniciado años antes y que ya había ofrecido al público dos épicas citas previas.
Aquella velada en el Araneta Coliseum —renombrado temporalmente Philippine Coliseum— fue el capítulo final de una rivalidad profunda y personal que se había iniciado años antes y que ya había ofrecido al público dos épicas citas previas.