Luego de superar con éxito la operación de extracción de un tumor cervical que la aquejaba en marzo del año pasado, Carolina “Krespita” Rodríguez, fue retomando de a poco los entrenamientos y ahora se encuentra en Las Vegas preparándose a full para enfrentar sus próximos desafíos: el Preolímpico de Buenos Aires y el reinicio de la búsqueda del título Mundial que nunca perdió sobre un ring.

Pese a que los pronósticos iniciales hablaban que era muy difícil que “Krespita” pudiese retomar el deporte competitivo, su evolución ha sido más que favorable, lo que le ha permitido retomar los trabajos con su preparador Johan Carter.

En conversación con Las Últimas Noticias, Rodríguez señaló que “en su momento, no era factible que yo pudiera volver a competir, porque, como lo mío es el boxeo, debo siempre mantener la cervical estable. Pero gracias a dios he tenido una evolución rápida. Casi no tengo secuelas, lo único es que se me duerme el brazo derecho en las noches, la parte del bíceps y arrastro molestias escapulares de antes de la operación”.

La boxeadora de 37 años se mudó en enero a Las Vegas para iniciar la preparación de cara a sus desafíos inmediatos, entre los que destaca la posibilidad de disputar los Juegos Olímpicos de Tokio, siempre y cuando pase la fase de clasificación en Buenos Aires.

“Quiero volver a sentir todo eso y también empaparme del ritmo de pelear a tres rounds, porque estoy acostumbrada a diez”, señaló Krespita, quien agregó que lo más difícil ha sido separarse de su pequeña hija Megan “es un factor que me exige querer hacer las cosas bien y rápido. Está chiquita y quiero estar bien para ella. Siento que me queda poco tiempo deportivamente, por lo que me quiero demostrar a mí y a Megan que sí se puede. Y por eso he ido contra la corriente, contra todos. He tenido malestares, dolores, pero el tener a ella cerquita me ha ayudado a hacer las cosas con más ganas aún y a no abandonar”.

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