Miguel Véliz Correa es un Ingeniero en Informática de la Universidad Católica del Maule que perfectamente pudo haberse dedicado a la programación, a los códigos binarios y al desarrollo de software. Sin embargo, su habilidad con los puños y la férrea decisión de perseguir sus sueños dijeron otra cosa y, hoy por hoy, es el mejor boxeador chileno en la categoría 91 kilos, con un bronce panamericano en los Juegos de Toronto 2015 que le permite soñar con un cupo olímpico para Río 2016. Véliz junto al “ruso” Jospeh Cherkashyn Romo conforman una dupla que pretende devolver al boxeo al sitial que en algún momento ocupó y que le permitió tener presencia y medallas en la cita de los cinco anillos.

Los púgiles chilenos se preparan bajo la supervisión técnica del entrenador cubano Jesús Martínez, en una rutina que parte sagradamente con el pesaje de cada uno de los deportistas en el Centro de Entrenamiento Olímpico. El peso es uno de los aspectos fundamentales a cuidar por los deportistas, y cada sesión, de acuerdo a su intensidad, les produce una baja de entre 600 gramos y un kilo. Los datos son sagradamente registrados por el preparador y quienes exhiben una menor baja, según palabras del cubano, “no es porque entrenen menos sino porque se hidratan en exceso. En este deporte, a diferencia de los otros, debes tener mucho cuidado con el consumo de agua”.

El adiestrador agrega que “nuestro próximo objetivo es volver a clasificar a un chileno a los Juegos Olímpicos. Por eso estaremos esta última semana de noviembre en Río de Janeiro, entrenando y participando en algunas peleas, y terminaremos la última quincena de diciembre con una nueva gira por Brasil, como parte de nuestra preparación”.

Los chilenos tendrán un inicio de 2016 exigente, pues entre el 8 y el 20 de marzo se efectuará en Buenos Aires, Argentina, el Preolímpico con miras a los Juegos de Río 2016. Para ello, antes harán una base de entrenamiento en la altura de Bogotá, por 25 días y después terminarán en Cuba la fase preparatoria con miras al importante clasificatorio.

La figura chilena en Toronto 2015 fue sin duda el talquino Miguel Véliz. El “Ingeniero” señala sobre su actuación en tierras canadienses que “me vine contento pese a que quería más, quería ir por el oro. Mi rival en semifinales fue un cubano medallista mundial y en ese sentido era complicado seguir avanzando”. Sobre el apoyo después de la cita continental confiesa entre risas que “tras esa medalla ha aumentado mi popularidad, soy más conocido y la gente me ubica en la calle y el apoyo de parte del Mindep ha sido fundamental pues me permite vivir y dedicarme sólo a entrenar. La beca Proddar es un elemento importante para decidir no ejercer mi profesión y dedicarme de lleno al boxeo”.

Otro de los deportistas que estuvo en Toronto es Joseph Cherkashyn, apodado “El Ruso” quien, además de autodefinirse como “más chileno que los porotos”, también sueña con un cupo en la cita de los cinco anillos. Su sobrenombre tiene origen en la nacionalidad de su abuelo, quien llegó a Chile arrancando del horror de la Segunda Guerra Mundial. El púgil, que compite en la categoría 75 kilos, confiesa que “en Toronto fue mi debut en un mega evento deportivo y creo que un quinto lugar no es malo para comenzar. Ahora me voy a preparar para pelear un cupo en el Preolímpico y ver así la posibilidad de participar en Río 2016. Me la voy a jugar por eso”.

El trabajo que el boxeo ha desarrollado ha tenido su base en el apoyo del Ministerio del Deporte, que a través de sus distintas líneas de financiamiento ha entregado más de 187 millones de pesos a la disciplina para sus distintas actividades. La recursos permitieron a los deportistas la participación en la Copa Independencia en República Dominicana, más el Clasificatorio a Toronto en México. Tras el Panamericano, los nacionales participaron en el Campeonato Mundial de Qatar y la Copa Pacífico en República Dominicana.

El equipo que día a día se prepara en el CEO bajo la atenta mirada del cubano Martínez, se completa con los pugilistas Andrés Campos (57kg), Ramón Mascareña (64 kg), Julio Álamo (81 kg) y Daniel Muñoz (69 kg).