El caso de Arturo Miranda es uno de los ascensos más meteóricos, en que han existido en el  boxeo nacional, en solo 4  años llego del amateur a disputar títulos internacionales en el Teatro Colón de Buenos Aires. En 1948 apareció en campeonato de nacional, en donde destaco por su recto de izquierda, y pegada contundente, esto hizo que fuera un púgil recio y temido, en la final del campeonato perdió ante el experimentado, Manuel Videla, quien era un veterano amateur que no saltaba al profesional y llevaba bastante tiempo en las ligas amateur,  en la final demostró mucha habilidad solo con 20 años y  fue llamado a la selección nacional, que asistió a las olimpiadas de Londres, a fines de su primer año de boxeo gano el campeonato latinoamericano de 1949 en Montevideo, después de eso el mismo año paso a profesional en donde derroto consecutivamente a 10 rivales, noqueando ya en el final de su carrera a Oscar Francino, en cuatro asaltos.

Sin embargo el haber derrotado de manera tan concluyente a este experimentado rival, exhibió algunas de sus debilidades más notorias como la falta defensa ante los cross de derecha y rectos. En ese año el periodismo deportivo menciono tibiamente el tema, pero pareció no darle mayor importancia. Se criticaba su falta de cintura y poca defensa.

En la asombrosa carrera que Miranda realizaba sin descanso, sus cercanos le decían que eran eventos menores y que con su habilidad de seguro no tendrían mayores problemas, en 1950 disputo el título nacional ligero contra Mario Salinas, en donde fue derrotado, demostrando las mismas deficiencias que tuvo con Francino, pero en su siguiente combate en Buenos Aires derroto al conocido “maestrito Gatica” y se consolido como un boxeador con oficio y pegada, el mismo año, se enfrentó a Alfredo Prada y Miranda con 23 años fue noqueado en tres asaltos, para salir de Chile no bastaba que solo tuviera un buen golpe recto y pegada.

La tragedia vino cuando la comisión de boxeo argentina le prohibió combatir en la provincia de Buenos Aires, debido a una grave lesión al ojo izquierdo, así Miranda entro en una debacle oscura, en donde combatió en las provincias del sur de Argentina, ganado y perdiendo,  volvió a su natal Valdivia  en 1951 en donde se retiró a los 24 años con una carrera, que ascendió tan rápidamente como termino en la más profunda oscuridad. El caso de Miranda nos indica varios problemas propios de la época;  Como se manejaban las carreras y que el ganar un campeonato nacional o amateur no era señal de tener un elevado nivel competitivo, Miranda no tomo en cuenta sus debilidades, seguramente mal aconsejado por su entorno y se dejó descansar en un boxeo básico y sus resultados efectivos al derrotar a estrellas como Francino o Gatica, sin embargo esto le costó caro y la falta de previsión y buen análisis de la prensa deportiva y los especialistas boxeriles de la época, le costaron la carrera y los posibles triunfos deportivos que esa pegada zurda guardaba. Así Miranda termino sus días colgando tempranamente los guantes, alejado completamente del boxeo.