Continuando con la presentación de diversos, personajes y representantes de nuestro boxeo. Esta es la ocasión del grandilocuente Avicco Capuro, el manager de dos de las mas grandes figuras de la historia de nuestro boxeo.

Luis Avicco Capuro, quien fue según sus palabras: “boxeador, anunciador, boletero, manager, machtmaker y fundador del Luna Park”. Para el caso de Chile, su labor fue de especial importancia, ya que fue manager de Carabantes y Fernandito.

Avicco (si es que alguna vez se llamó así) relata su vida de forma bastante, exagerada a la revista Estadio en 1942. Después de supuesta participación en la fundación del mítico Luna Park, hizo las veces de nexo entre Buenos Aires y las provincias argentinas, como machtmaker, para llenar las nutridas carteleras de boxeo profesional. Eso le dio pie a conocer a numerosos, boxeadores a los que califica como “Buenos, malos, atorrantes y farsantes”, categorías que no dejan de ser relevantes a la hora de clasificar el boxeo, de todas las épocas. Con todo este conocimiento a cuestas decidió, lazarse a la representación de boxeadores y fue durante un viaje de Luis Firpo a los Estos Unidos, cuando con su experiencia acumulada decidió, ser representante profesional.

Vino a Chile, representando al boxeador argentino, Jorge Azar, y se quedó para representar al valdiviano Carabantes y Fernandito, este último su gran logro. Con ambos boxeadores, realizo largas campañas en el exterior.

Según sus propias palabras, adopto Chile como país de residencia, por el vino, las mujeres y la hípica. Conceptos bastante fantasiosos, pero que la prensa de la época considera fidedignos, según las mismas palabras de Avicco, él podría vivir en Argentina de manera holgada en su calidad de socio fundador de Luna Park, pero le gustaba tanto Chile, que decidió quedarse en el país. Este relato adornado imaginativamente de sus supuestas hazañas, es característico de la forma de negocios en la que se desarrollaba el boxeo profesional, medio entre verdad y mentira. Pero a pesar de su labia, llena de imaginación, la prensa parecía creer cada cosa que decía, fue capaz de llevar fuera del país la carrera de Fernandito, que fue lamentablemente truncada por la Segunda Guerra Mundial.

Aun así, la figura de Avicco nos deja algunos ratos para comprender el desarrollo de nuestro boxeo y su relación con el ambiente internacional. Primero, la inexperiencia total en cuanto a managers y promotores, ya que, para los casos contemporáneos de Godoy y Loaiza, fue también el norteamericano Louis Bouey, quien los llevo a Estados Unidos, y también el italiano Amico. Como segunda conclusión, el oficio de manager o machtmaker, como le gusta decir a nuestro protagonista, era una apuesta constante y conocimiento de los clubes y el ambiente local del boxeo, para formal un corral adecuado de boxeadores, en este sentido la hípica que tanto fascina a Avicco parece tener su espejo en el boxeo profesional, una interminable apuesta y engaño.