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Es 1930 y a la redacción de revista Los Sports llega el empresario  italiano Alejandro Ammi, junto con el conocido promotor de los combates nacionales, Armando Ratinoff, quien ha hecho el nexo para traer, desde Argentina, boxeadores de origen italiano.

Ellos traen lo “último” en la ciencia del boxeo y son Fernando Bianchini, Armando Foglia y Domingo Cicarelli, los dos primeros pesos ligeros y el último peso mediano, de complexión recia y musculosa. Son dados a posar en los medios, de hecho se presentan en varios periódicos nacionales y específicamente a Los Sports, en donde previo a su llegada a Chile, habían enviado unas espectaculares imágenes, en las que parecían dioses griegos. Que La famosa revista deportiva, puso de portada previo a su llegada.

Armando Foglia

De esta forma, Ratinoff y Ammi pavimentaron el camino para sus sorprendentes “refuerzos” al boxeo nacional, una vez presentados con gran pompa, se habló de sus recursos boxeriles, con varias notas publicadas en medios locales.

Que venían de una campaña invicta, en Argentina y Uruguay, que eran avezados en todo tipo de recursos, pelea corta, media distancia, larga distancia, sumado a una agresiva campaña publicitaria. Llegaron retando al popular Carlos Uzabeaga. Por aquellos años Fernandito aún no estaba consolidado en el boxeo profesional y no fue tomado en cuenta por los avezados italianos.

Bianchini, habla a Los Sports, de las bondades del clima nacional y su parecido con el mediterraneo italiano, por su parte Foglia declara, que su principal interés en Chile, es el boxeo nacional. Cicarelli se presenta a sí mismo como un coloso invencible.

Domingo Cicarelli “El Coloso de Rodas”

A mediados de 1930, luego de un largo desfile por medios de prensa y reuniones de sociales, saltaron a los rings nacionales.

En el primer encuentro, Bianchini, demostrando cierta agresividad, cae derrotado frente a Carlos “Botija” Uzabeaga, conocido por su boxeo más técnico y de contra golpe.

Después es el turno de Armando Foglia, quien también demostró tener buena guardia y agresividad, pero también fue derrotado y frustrado por Uzabeaga.

El caso más deslucido fue de Domingo Cecarelli, quien realizo lo que la prensa denomino un “festival” de gualetazos y monotonía. Con posteridad, al combate, siguieron saliendo en medios, asistiendo a veladas y reuniones sociales, el mediano Cecarelli, volvió a pelear en un par de ocasiones con los mismos resultados.

Foglia se estableció en Sudamérica creando un lucrativo negocio, de promoción de boxeadores en el eje, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Perú. En donde su rastro se pierde en los años 50.

¿Cuál era el fondo tras la “invasión italiana”?

Básicamente crear expectativa con base en una muy agresiva campaña publicitaria, que se preparó con antelación a su llegada a Chile, Ratinoff demostró un magistral manejo de redes y medios de comunicación. Creando la expectativa como principal medio de propaganda para sus combates, Ratinioff quien además administraba el estadio Reina Victoria, creaba la demanda en la prensa, previo a los encuentros y después una burbuja de especulación, económica-deportiva, de la que sacaba grandes ganancias. Esto sumado a un concepto muy acabado de la estética deportiva heroica, los italianos no eran “paquetes” comunes como los denominaríamos hoy en día. Si no que eran capaces de dar espectáculo y físicamente, lo suficientemente imponentes, para llamar la atención de la prensa especializada. Esta fue la aventura de la armada italiana por tierras nacionales y su extraña historia.

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