Mujeres y Boxeo: algo de historia y un diálogo con boxeadoras chilenas

El boxeo femenino ha recorrido un largo camino desde sus inicios en el siglo XVIII, cuando las mujeres luchaban en peleas callejeras en el Reino Unido. A lo largo de los años, las boxeadoras han enfrentado numerosos obstáculos, desde prohibiciones oficiales hasta la falta de apoyo financiero y la percepción pública negativa del deporte. Sin embargo, su perseverancia y determinación han llevado al boxeo femenino a nuevas alturas, convirtiéndolo en una lucha por la igualdad de género y la inclusión.

La historia del boxeo femenino está marcada por hitos significativos. En 1722, Elizabeth Wilkinson se destacó por su habilidad y determinación, participando en combates mixtos. En Estados Unidos, el primer combate entre damas boxeadoras se produjo en 1876, y en 1950, Barbara Butrik protagonizó el primer combate televisado entre mujeres. El boxeo femenino hizo su primera aparición en los Juegos Olímpicos en 1904, aunque solo como exhibición. No fue hasta 2012 que el boxeo femenino se incorporó oficialmente a los Juegos Olímpicos, gracias al activismo de las mujeres boxeadoras de todo el mundo.

A lo largo de la historia, varias boxeadoras han dejado una huella imborrable en el deporte. Katie Taylor y Amanda Serrano, pioneras del boxeo femenino, hicieron historia al pelear en el Madison Square Garden de Nueva York en 2022. Taylor, campeona olímpica, y Serrano, campeona en siete categorías, han inspirado a la próxima generación de atletas y han demostrado que las mujeres pueden ser tan fuertes y competitivas como los hombres.

El Boxeo Femenino en Chile

En Chile, el boxeo femenino ha ganado reconocimiento gracias a figuras como Denisse Bravo, quien obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. En la comuna de Los Lagos, María Teresa Gajardo fue una pionera en la inclusión de las mujeres en el boxeo, organizando el primer campeonato nacional de boxeo femenino en 2011.

Carolina “Crespita” Rodríguez es una de las figuras más destacadas del boxeo femenino en Chile. Con 13 victorias en igual número de combates, Rodríguez ha conquistado títulos mundiales y ha inspirado a muchas mujeres a seguir sus pasos. Su historia es un testimonio de perseverancia y determinación, desde sus inicios en La Pincoya hasta su reconocimiento internacional.

Daniela Asenjo “La Leona” ha sido campeona de boxeo a nivel local, continental y mundial. Entre los títulos que tiene se encuentran Campeona nacional supermosca desde 2011, campeona latinoamericana AMB desde 2018, campeona latinoamericana supermosca OMB desde 2019, campeonato mundial supermosca OIB desde 2022, entre otros. Oriunda de Valdivia, es referente de muchas mujeres, y reconocida como concertista en violín y psicopedagoga.

El Futuro del Boxeo Femenino

El futuro del boxeo femenino se afirma, es prometedor. Con el reconocimiento oficial en eventos como los Juegos Olímpicos y el creciente interés del público y los medios, el deporte está en una trayectoria ascendente. Las boxeadoras de hoy en día están rompiendo récords, ganando campeonatos y, lo más importante, inspirando a la próxima generación de atletas. El boxeo femenino no solo está aquí para quedarse, sino que continuará evolucionando y prosperando, llevando la lucha por la igualdad y el reconocimiento a nuevas alturas.

No obstante, a través del presente reportaje se ha considerado oportuno captar una fotografía “en terreno” que nos lleve a la representación de una realidad y contrastar con los dos párrafos precedentes.

Diálogos para acercarnos a la realidad en materia de boxeo femenino

Eva Ortega, Copa Chile 2025 Boxeo para Todos

Desde la revista Boxeadores, conversamos con once deportistas que practican el boxeo en categorías amateur o profesional, quienes nos relatan y comparten sus visiones sobre motivación, familia, obstáculos, entre otras dimensiones, acompañadas de una reflexión final. De esta forma hay un acercamiento a lo humano y lo social, expresiones naturales de lo que no siempre se dice y que forman parte de la construcción de un reportaje alrededor del boxeo femenino, en voces de sus protagonistas.

LA PERCEPCIÓN DEL BOXEO…

Existe una idea generalizada del boxeo como un deporte violento, el cual tiene detractores y detractoras, esto ocurre fuera del ámbito de quienes siguen de alguna forma el box. Sin embargo, miradas desde quienes lo practican observan que se trata de un desafío y que ayuda al bienestar, rompiendo con ello las aprehensiones que puedan existir y que se puede traducir en situaciones como una madre que no observa de buena forma que su hija practique esta disciplina deportiva.

En la referencia al boxeo, de alguna forma surgen las palabras adrenalina y miedo, en voces de las boxeadoras.

Se trata de la adrenalina que está arriba del ring, que va acompañada de la sensación de poder vencer, y así controlar el miedo. “Bueno, cuando practiqué con los chiquillos me quedó gustando el tema de una adrenalina que uno siente arriba del ring. La primera vez que me subí a un combate, esa adrenalina da la sensación de poder vencer. Porque uno tiene miedo”, según expresiones de Nicole Araya boxeadora iquiqueña, deportista con el título de campeona en el torneo nacional femenino élite de la Federación chilena de boxeo FEXIBOX.

En ocasiones, hay boxeadoras que han crecido en un ambiente boxeril como algo que es parte de una familia, lo cual genera una ventaja en cuanto a que no habrá objeción a su práctica. Nos comentan al respecto “…de chiquitita, de los 7 años, me acuerdo cuando mi padre todavía estaba vivo, llevaba los guantes a la casa y nos hacía hacer sparring con mis hermanos, en el living de la casa, entonces siempre fui dura, siempre me crie prácticamente en el ámbito de los puños”, es lo que dice Isis Mascareña, la boxeadora de Chiloé, Isis “La Diosa” Mascareña, hizo historia en el boxeo nacional al conquistar el primer cinturón chileno de boxeo profesional femenino al imponerse a la boxeadora de Valdivia, Daniela “La Leona” Asenjo.

De esta forma van surgiendo otras apreciaciones como “Bueno, a mí la verdad, lo que más me gusta del boxeo es que te hace vivir el presente, el momento. Te hace ponerte a prueba, si bien uno siempre se enfrenta a un rival, pero se pone a prueba las habilidades que tiene uno mismo. Y en el fondo, siento que el boxeo lo asimilo mucho a la vida”, palabras de Pía Bratz, oriunda de Pucón con 32 años. Se inicio el 2017 en kickboxing, deportista y admiradora del box “por el poder de concentración que éste tiene”.

Así, el boxeo se aprecia alrededor de la forma en que se vive en el ring; el significado especial que adquiere al pertenecer a una familia del mundo boxeril; y la incorporación de éste relacionado con el sentido de la vida. Todo esto es sujeto de perspectivas diferentes, que deben considerarse al momento de aproximarse al boxeo femenino, el cual será abordado desde algunas dimensiones que lo caracterizan.

EL BOXEO FEMENINO…

Esta práctica deportiva es más aceptada para hombres, en tanto respecto a las mujeres se observa como un riesgo por el daño que les pueda producir. Se crea así una imagen de una persona ruda, respecto a quienes escogen esta disciplina.

Se refleja que el boxeo femenino no tiene el mismo trato que el boxeo masculino, “hablando de boxeo, siempre el boxeo femenino va a estar igual, más descalificado que el boxeo masculino, porque ya el hecho de que una mujer realice la actividad, ya te miran prácticamente como un bicho raro, oye que te gusta que te vean, te dicen siempre con palabras, no sé, descalificativas y cosas así” según la percepción de Makarena Arcos Yáñez, boxeadora profesional con una extensa carrera en el amateurismo, partió en el boxeo a los 17 años, residente en Coyhaique y reconocida por cercanía en Comodoro Rivadavia, Argentina.

Pero también se encuentra un lado amable que abre con creces un espacio para el boxeo femenino, “Hay clubes que han sido súper importantes, como el Team Pardo, por ejemplo, ellos tienen torneos, donde hacen, Boxeo para Todas, donde podemos nosotras como mujeres ir a participar…”., según lo que señala América Espinoza, quien lleva 7 años en la práctica del boxeo, que realiza en el Club LKF boxeo y kickboxing (CLUB Low Kick Fight) de Talcahuano.

LA MOTIVACIÓN…

El tomar la decisión de practicar el box, presenciamos un estado de satisfacción y desafíos para alcanzar logros, se comparte un elemento común con otros deportes y que se representa en las ganas para incorporarlo en las rutinas de vida, la forma de darle continuidad a su práctica implica un alto grado de motivación, estar muy satisfecho con lo que se hace y también, una gran valoración por la disciplina deportiva que se ha escogido.

Así, van surgiendo opiniones que reflejan los estados de motivación y su forma de expresarla, se indica “el boxeo es algo hermoso, una disciplina ordenada… parece un baile entre dos personas dándose golpes, pero todo con respeto”, es la forma en que lo percibe Eva Ortega, deportista, práctica el boxeo en el gimnasio de la comuna de Puente Alto.

América Espinoza agrega “La motivación fue una, porque mi hija quería practicar boxeo, yo vengo de disciplinas marciales de taekwondo, y también quería practicarlo, porque siento que es un deporte donde uno se puede sentir fuerte y segura, que no te lo dan otras disciplinas, siento yo, entonces, esa fue como la motivación de entrar al boxeo…”.

Desde la indagación en el terreno motivacional, surgen factores particulares en los cuales claramente se vislumbra que se debe ser parte de la experiencia y el sentir, para formular expresiones como la que comparte Catalina Castro “A pesar de no saber nada de boxeo, el nombre ya me generaba muchas ganas de practicarlo. Y luego, empecé a verlo como una oportunidad porque siempre he sido una mujer deportista. Fui al gimnasio, practiqué fútbol, pero el boxeo fue el que me sacó esas ganas de seguir mejorando y de buscar una oportunidad en este deporte”, nos comenta Catalina Castro, apodada «La Pesadilla», en diciembre de 2024 se consagró por tercera vez campeona nacional.

LA RELACIÓN CON LA FAMILIA…

Para el caso de las mujeres que practican el boxeo, es importante su relación con las familias, por constituir la primera red de apoyo para enfrentar las exigencias que demandan los procesos de entrenamiento y las ocasiones cuando están próximas a cumplir con el compromiso de una pelea previamente pactada.

Es tal el rol de la familia, que puede ser determinante para resolver obstáculos que no les permiten desarrollarse como boxeadoras.

La caracterización de las familias se puede situar en tres categorías: reacia a otorgar apoyo por discrepancia con el boxeo como deporte; incondicional al momento en que se requiera de su apoyo; y familia de boxeadores compuesta de integrantes que se relacionen en forma estrecha con el box.

De acuerdo a lo que indican algunas deportistas, sus familias pueden ser su entorno inmediato que comparten en la práctica del boxeo, a tal punto que se refieren a éstas como sus únicas familias.

“Es súper complicado congeniar el boxeo y la familia. Yo para venirme acá tuve que dejar a mi hijo con mis papás…” “para poder lograr cosas importantes tiene que entregarse por completo al boxeo, pero a la vez tengo que estar cerca de mi hijo y de mis papás que son mi familia, pero uno igual se ve obligada a dar un medio paso al lado porque te exige mucho el boxeo. Siento que para lograr cosas importantes lamentablemente uno igual tiene que posponer ciertas cosas relacionadas a la familia”, nos indica Pía Bratz.

También el concepto de familia se entreteje con aprehensiones “Por ejemplo, con mi tema familiar, ya, pasándolo a otro lado, yo creo que igual al principio era un poco más complicado por lo mismo. …te van a pegar, que te van a hacer esto. Les costó como tener eso de poder apoyarme. A mí me costó también dejarlos que fueran a ver alguna pelea mía. Porque existía como ese miedo, esa inseguridad que, ah, si yo perdía, quizás qué me iban a decir”, señala Fernanda Caamaño, quien es Técnico en Enfermería (TENS) y boxeadora, inició sus prácticas en el kickboxing desde los 17 años. Actualmente asiste al Gimnasio Mankun. El 2024.

Y LA FORMA EN QUE SE LLEGA AL ENTORNO…

Al plantear el vínculo con el entorno, situamos a la familia, y agregamos a las amistades, los entornos laborales, compañeros y compañeras de curso, quienes residen en un mismo territorio, la comunidad, etc.

La relación con el entorno adquiere diferentes formas: el factor seguridad se relaciona con el reconocimiento a la mujer, como seguidora de una práctica que pudiera ayudar en su defensa; por otro lado, la visión por parte del entorno como un factor de riesgo y peligro que encierra la disciplina del boxeo.

Otra representación del entorno es de quienes etiquetan a las mujeres que optan por el boxeo, es recurrente que les digan “te van a pegar, que va a pasar con tú cara, no es un deporte de niñas”, un entorno que se niega a aceptar el boxeo como deporte.

Sin embargo, el entorno es variado y lo que rodea de manera cercana, representa formas diferentes de reaccionar “Mucha admiración he recibido por parte de mis cercanos casi me ven como una celebridad por ser ahora boxeadora en general, no solo boxeadora profesional ahora, sino que he recibido mucho apaño en ese sentido de la gente que me ve como oh, ella hace boxeo, ella es buena para los combos y mi familia es muy orgullosa, como que yo salí de los límites prácticamente, como que soy guau”, según expresiones de Catalina Castro.

Todo este ambiente que conforma el entorno desarrolla diferentes niveles de apreciación “Sí, la verdad es que ese es el tema, porque el boxeo, como se ha dicho, es un deporte en especial para las mujeres que se ve muy violento, y en mi entorno son mucho más comunes deportes que sean como más aceptados, porque el boxeo también se mira un poco en temas como más de barrio, más de, como le digo, violencia, que es muy distinto a, por ejemplo, yo también hice atletismo y era todo lo contrario. Entonces, sí, se tiene un poquito esa apreciación”, palabras de Katherine Araya.

Frente a un ambiente con estas características, las deportistas deben estar preparadas para situaciones que pudieran alcanzar un nivel de hostilidad “Entonces una tiene que ir como un poco en contra de eso. Hay gente que le da miedo y mucha gente que le causa rechazo, pero no ocurre eso con la gente asociada al deporte, ellos sentían cierta admiración hacia mí, pero la otra gente tenía una actitud de hacer interrogantes: ¿cómo practicas eso? ¿Cómo lo haces? ¿Estás loca? ¿Eso no es para mujeres? ¿Te vas a dañar tu cara? Como que no logran entender cómo uno puede practicar el boxeo”, en opinión de Pía Bratz.

Todo esto permite observar la forma que el entorno reacciona, en caso de encontrar elementos que apañan, también éstos aportan a la motivación, aunque por muy opuestas y fuertes manifestaciones del grado de oposición que pueda surgir, se opaca por completo por el alto nivel de motivación que expresan las deportistas del boxeo. Son variables que rondan en el entorno.

EL VÍNCULO CON BOXEADORES HOMBRES…

Al plantearse el tema del boxeo femenino como algo que se ha ido instalando en el tiempo y que se encuentra inserto en una visión machista del más fuerte, resulta de interés observar la forma en que se relacionan mujeres y hombres que comparten una disciplina deportiva.

Katherine Araya, el segundo semestre de 2024 estuvo en Holanda, lugar en el cual concurría a entrenar, experiencia desde la cual señala “…entrené solo con hombres, era un gimnasio donde solamente había hombres, y muchas veces ellos sí me veían con más delicadeza, les daba miedo, por ejemplo, entrenar conmigo, o muchas veces simplemente no querían entrenar conmigo, me veían inferior, la verdad, no en todos lados es así, yo pienso que en el Team Pardo, se ve con mucho respeto a todas las personas que están ahí, sea hombre, mujer, mayor, menor”.

Desde otras miradas, es recurrente a lo largo del país, el bajo número de boxeadoras, lo cual repercute en la necesidad de entrenar con hombres. En general, se pone de relieve que en el vínculo con ellos existe un muy buen trato de su parte y al pelear son ellos quienes tienen cuidado. El sparring con hombres se convierte en algo natural, en tanto las mujeres promueven que se haga sin consideraciones especiales en el trato.

Natalia Correa expresa “de mi experiencia los chicos son súper respetuosos. Nunca he tenido problemas con mis compañeros de boxeo. Generalmente, obviamente, ellos tienen mucho cuidado porque saben que son más grandes, saben que pueden pegar más fuerte. Entonces, hay mucho desde el ok, dale, dale más fuerte. Ah, ok, me dolió. Hasta aquí no más”.

Finalmente, se observa la incidencia que ejerce el hecho de estar inserta en una familia boxeril, como lo relata Isis Mascareña “Para mí fue un poquito más fácil adaptarme a lo fuerte que son los hombres, todo eso yo creo que me sirvió bastante, hacer sparring contra mis hermanos, de repente ellos, dale, dale, me pegan y me pegan y yo tenía que aguantar, pero lo hacíamos prácticamente jugando y me encontraban dura de chiquitita”.

LOS OBSTÁCULOS…

Representan situaciones que constituyen impedimentos en la práctica del boxeo, pueden ser patrones comunes, elementos sujetos a externalidades o situaciones de índole personal, que incluso determinan recesos en la actividad deportiva.

Entre los obstáculos se encuentra la posibilidad de no tener rivales para entrenamiento, Catalina Castro nos señala “…me ha costado mucho y creo que ese ha sido mi mayor inconveniente, no tener tanto roce con mujeres que, aunque uno no lo crea pelean completamente diferente a los hombres”.

Se interpone también los períodos de embarazo, que obligan a alejarse del box, y posteriormente todo lo que significa el cuidado de los hijos(as).

Makarena Arcos nos proporciona una imagen en el día que fue entrevistada “…yo soy mamá, tengo dos hijos, de hecho, están enfermos ahora, si se escuchan por ahí gritando, están los dos enfermos, tengo una hija de siete años y un hijo de cuatro, entonces convalidar la familia con el tema del deporte, es súper complicado, hay días en que yo digo ya qué hago, no voy al gimnasio, hoy día no fui al gimnasio de hecho, porque estoy con ellos acá…”. Obstáculos de este tipo son los que se deben ir enfrentando y resolviendo.

Elizabeth Rivera, profesora de educación física, realiza su entrenamiento en el Gimnasio de Boxeo HH Arias, ubicado en Buin. Expresa su actitud frente a los obstáculos “Hasta que no pueda subir los puños, lo voy a seguir haciendo. La verdad es que mi obstáculo es el tiempo, y a veces mi carga de conciencia de quizás ir a entrenar y no estar con mi hijo, con mi hija. Pero después reflexiono y digo yo necesito esto porque es mi espacio, necesito despejarme”.

De esta forma, a lo largo de las entrevistas, surgen otros obstáculos. La falta de financiamiento para poder llegar a pelear a cualquier lugar; lo postergadas que se encuentran ciertas localidades a lo largo del país, determinando el trasladarse en muchas ocasiones a Santiago para seguir escalando en desafíos. No obstante, en medio de estas dificultades, siempre está la actitud de salir adelante.

Hay obstáculos y condiciones para generar un intercambio sobre ellos, de tal manera que se pueda proyectar un futuro diferente desde el boxeo femenino, para incidir en la superación y el cambio que determina en acciones de diversos tipos que contribuyan en su mitigación, con la claridad que algunos son inevitables, momento en que deben estar presentes las redes de apoyo.

LAS REFLEXIONES FINALES…

Un espacio de libre disposición, en el cual se obtienen palabras de aquello que no formó parte del diálogo, puede ser una respuesta a una pregunta que no se realizó o las ganas de entregar un aporte desde la experiencia.

Las reflexiones emitidas cumplieron su propósito, expresar lo que no se ha dicho y emitir un mensaje a las mujeres que están en el boxeo, a partir de los mensajes es que se presentan ideas que ayudan a seguir reflexionando e incitan a llevarlas a la acción. Se presentan como un conjunto de “citas”, en las cuales quien las lea debe también integrarse al proceso reflexivo.

La expresión de “me salvo la vida el boxeo”, tiene el sentido de un seguir practicando y a la vez una invitación a atreverse a ir al gimnasio, haciendo énfasis en “sin importar la edad”. No se puede tener una mentalidad de tener miedo, sino que desarrollar una actitud positiva.

La práctica del boxeo con el incentivo a ir escalando posiciones es una recomendación a “ser perseverantes”, a lograr los sueños que se tienen produciendo todas las condiciones para que ello se haga efectivo. Esta es la esencia de un mensaje que se quiere instalar, y que conlleva entre otros aspectos a realizar un trabajo mental.

A modo de cierre encontramos dos reflexiones que entregan un potente mensaje sobre beneficios del boxeo, y a partir de las cuales se puede proyectar el boxeo femenino. Por un lado, los beneficios y por otro se suma un enfoque de derecho.

América Espinoza señala, “Hay que saber distinguir los beneficios tanto psicológicos como físicos, junto con la mejora de las autoestima, sentirte más fuerte, más segura, y estar en constante desafío de tus habilidades, porque esto es así, que no tengas miedo, que no actúen por lo que creen que es el deporte, que es un deporte masculino, que uno va a ser masculina, va a perder su femineidad, el deporte no tiene nada que ver, son muchos prejuicios, eso, que hay que derribar prejuicios con respecto al boxeo femenino, ese es mi mensaje”.

Nicole Araya manifiesta “…nosotras también tenemos derecho a tener metas, a tener sueños, y salir del entorno común que prácticamente es como lo típico, es que la mujer se preocupe de la casa y de los niños, y del trabajo, y que no hay espacio para nada más, y si hay espacio para algo más, y es sano, y es saludable, y es necesario que las mujeres también piensen en ellas, y no se sientan culpables por querer cumplir un sueño, sus metas, los que tengan en mente, también tienen que darse un tiempo para ellas, ese es como mi mensaje para las chicas, sí, porque yo lo viví mucho tiempo, y tengo la suerte de tener un hombre, mi pareja, que me apoya en esto, que lo comprende, y está ahí conmigo, y esto no lo podría hacer sola”.

Queda para el lector una ventana abierta para sus propias reflexiones, en una temática alrededor de la cual han ido incorporándose más mujeres en la disciplina deportiva del boxeo femenino, tal vez la principal dimensión que caracteriza a las boxeadoras es la motivación y el tener metas por delante, otras dimensiones son importantes y se encuentran incorporadas en las rutinas de las mujeres que practican el boxeo y compartidas por todas, insertas en una pasión por la disciplina deportiva que se ha escogido y que permite al boxeo femenino abrirse paso a través del tiempo, sin que ni siquiera los obstáculos logren doblegar.

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