Una intensa velada se vivió el viernes 16 de marzo en el Club México. Las tribunas estaban prácticamente llenas para ver el espectáculo que darían los boxeadores Mario Contreras y Julio Álamos.

Ambos boxeadores volvían al cuadrilátero luego de una temporada entrenando en Miami, Estados Unidos.  Las peleas, en el papel, se veían complicadas.

En la pelea de semi fondo, los pugilistas Mario “Demoledor” Contreras y Fernando “Itaka” Ruiz llegaron con un peso de 67 kilos. En términos de record, Contreras se veía favorecido con 5 victorias (4 KO) y solo una derrota. Ruiz, por su parte, venía con 6  victorias (2 KO) y 4 derrotas. Ambos boxeadores tenían algo en común: habían sido derrotados por Leonardo “Junior” Amitrano.

Al inicio de la pelea se podía notar que en lo referente a la preparación física el chileno se veía más favorecido. El desarrollo del primer round se comenzó a notar las diferencias. El jab del chileno hacía retroceder a Ruiz en los encuentros y la cara del argentino se fue enrojeciendo. No obstante, “Itaka” buscó constantemente el hígado de Contreras. Aunque existía una diferencia en la potencia de ambos (a favor del chileno) nadie se esperaba que ocurriera una caída de gran magnitud en el primer round. Cerca del final de este, en medio de un tenso silencio, se escuchó un golpe limpio, un cross que mandó a Ruiz a la lona. El argentino logró levantarse con mucha dificultad y el árbitro le pidió que caminara hasta él. Contreras aprovechó el momento para atacar a Ruiz, que solo fue salvado por la campana.

Tras ese asalto, se debe destacar la asimilación de daño de Ruiz y su corazón, ya que aguantó cuatro asaltos más. Asimismo, debe destacarse la mayor cantidad de recursos desplegados por Contreras, sobre todo la mayor movilidad en el ring y combinaciones. En general, la pelea fue dominada de principio a fin por el chileno, el cual impuso su boxeo y demostró que su entrenamiento en el extranjero dio frutos.

Más difícil fue la pelea de fondo, de Julio Álamos. El argentino Martin “El terrible” Ríos era en el papel el rival más complicado para el nacional y así lo fue. Con más de 40 peleas, este joven boxeador de 25 años había peleado varias veces en el extranjero (Brasil, Rusia, Chile, Inglaterra, Singapur).

Aunque Ríos comenzó su carrera en el peso super welter, fue subiendo de categoría hasta alcanzar el super mediano. Su asimilación al peso parece haber sido lo suficientemente buena como para no haber sido noqueado en 19 peleas. Sin embargo, venía de perder sus últimas 3 peleas.

En términos técnicos, Ríos presentaba un boxeo mucho menos ortodoxo que los últimos 4 rivales de Álamos. Una guardia de tipo roller shoulder, cambiando a ortodoxo por momentos y a veces con los brazos abajo para mostrar confianza. Lo mismo con su actitud, siempre desafiante y diciendo “no me haces daño”.

El desarrollo de la pelea comenzó trabada. Ríos utilizando mucho el clinch y golpeando en él. Álamos utilizando bien su jab y su cross de izquierda para penetrar la guardia del argentino. El segundo round fue bastante peligroso para el chileno ya que, haciendo al final del asalto, una derecha del argentino hizo que se tambaleara el nacional. A pesar de esto, Álamos supo resolver mediante el buen uso de las piernas, aprovechando al máximo el cuadrilátero.

Durante el resto de la pelea se pudo ver la extenuación de ambos boxeadores, aunque el argentino mostró un pobre volumen de golpes, confiando demasiado en los “volados”. Al parecer, esta fue una de las diferencias fundamentales de la pelea. Mientras Álamos combinaba y utilizaba constantemente la izquierda, Ruiz especulaba con el contragolpe y utilizaba volados constantemente  buscando un “lucky punch”.

Como balance, se podría decir que, a pesar de ser una pelea difícil y que el púgil nacional no logró imponer del todo su boxeo, sí es una victoria importante en su carrera. Enfrentar a un oponente con mucha más experiencia y diferente de los rivales anteriores, es muy rentable en términos boxísticos. Es necesario recordar que hay tantas formas de boxear como boxeadores hay, por lo que ponerse a prueba con una amplia gama de sujetos potencia la construcción sólida de carreras.