Tres millones de espectadores en simultáneo a través de la plataforma de twitch, un estadio repleto y sus protagonistas como principales tendencias en twitter. Ese es el balance de la llamada “Velada del año III” evento organizado por el streamer Ibai y que nuevamente puso de relieve un debate que ya se viene arrastrando desde hace años: la cada vez más masiva presencia de figuras de las redes sociales en el boxeo y su eventual beneficio o costo para el deporte.

En el último evento que se desarrolló este fin de semana hubo presencia de figuras relevantes de este tipo de plataformas como: Coscu, Rivers, Luzu, Fernanfloo y también dos chilenos: Germán Garmendia y Chelao.

Esta nueva dinámica ha generado una amplia controversia y ha planteado importantes interrogantes sobre la integridad y el valor deportivo de este deporte tradicional. En este artículo examinaremos críticamente esta tendencia y analizaremos sus implicaciones positivas y negativas tanto para el boxeo como para el mundo de las redes sociales.

Aspectos negativos:

La trivialización del boxeo: Uno de los principales problemas con la participación de youtubers y otras figuras de las redes sociales en el boxeo es la trivialización de este deporte. El boxeo es una disciplina que requiere años de entrenamiento, dedicación y sacrificio para alcanzar un nivel profesional. Al permitir que personas sin experiencia o habilidades adecuadas ingresen al ring, se minimiza el valor y el significado de los verdaderos atletas del boxeo. Esto puede generar una percepción errónea sobre la dificultad y el mérito de este deporte, socavando la credibilidad y el prestigio que ha adquirido a lo largo de los años.

Riesgos para la integridad deportiva: La inclusión de streamers y otras figuras de las redes sociales en el boxeo también plantea serios desafíos en términos de integridad deportiva. Algunos de estos participantes carecen de la experiencia necesaria para enfrentar los rigores de una pelea profesional y, en muchos casos, se enfrentan a oponentes con habilidades desiguales. Esto crea un escenario en el que el resultado de la pelea puede estar preestablecido o ser influenciado por intereses comerciales. Además, el uso de guantes más grandes o la reducción de los rounds puede ser empleado para minimizar el riesgo de lesiones a los participantes no profesionales, alterando así las reglas del deporte y desvirtuando su esencia.

Distracción de los verdaderos talentos: Otro problema es el hecho de que estas peleas mediáticas suelen acaparar la atención mediática y eclipsar a los verdaderos talentos del boxeo. Atletas profesionales que han trabajado arduamente durante años para llegar a la cima de su deporte se ven relegados a un segundo plano en favor de las figuras populares de las redes sociales. Esto no solo puede afectar las oportunidades y la visibilidad de los boxeadores profesionales, sino también la calidad y el prestigio de los combates legítimos. Un ejemplo de ello es la invisibilización en los medios masivos de la pelea de Julio Álamos por el título mundial de la IBO a causa de la participación de Germán Garmendia en la velada de Ibai.

Explotación comercial: La participación de youtubers y otras figuras de las redes sociales en el boxeo también está motivada por intereses comerciales. Estas peleas se presentan como eventos espectaculares que atraen a una audiencia masiva y generan grandes ganancias. Las marcas y las plataformas de transmisión buscan capitalizar el éxito de estas figuras en línea, y esto puede conducir a una desviación de los principios y los valores del deporte en aras del lucro y la exposición mediática.

Aspectos positivos:

Aumento de la visibilidad y la audiencia del boxeo: Uno de los mayores beneficios de la participación de los streamers en el boxeo es el aumento de la visibilidad del deporte. Estos creadores de contenido tienen una base de seguidores masiva, compuesta principalmente por jóvenes, que tal vez no estarían interesados en el boxeo de otra manera. Como resultado, el deporte ha ganado nuevos aficionados y ha experimentado un aumento en la asistencia a los eventos y en los índices de audiencia.

Oportunidad de recaudar fondos para causas benéficas: Algunos de los combates entre YouTubers han sido organizados con fines benéficos, destinando las ganancias a organizaciones de caridad. Esta es una forma positiva de utilizar la influencia de estas figuras públicas para generar un impacto social y ayudar a quienes más lo necesitan.

Apertura a nuevos modelos de negocio: La participación de los YouTubers en el boxeo ha abierto las puertas a nuevos modelos de negocio en el deporte. Promotores, patrocinadores y plataformas de transmisión han encontrado una nueva forma de monetizar los eventos, a través de la venta de entradas, publicidad y transmisiones en línea. Esto ha llevado a un aumento en la inversión y la innovación en el boxeo, generando más oportunidades para los deportistas profesionales.

En conclusión, la participación de los streamers en el boxeo ha generado un impacto significativo en el deporte, tanto positivo como negativo. Si bien ha llevado a un aumento de la visibilidad y la audiencia, así como a nuevas oportunidades de negocio, también ha sido objeto de críticas debido a la falta de mérito deportivo y la falta de profesionalismo. Para garantizar la integridad del boxeo, es fundamental establecer regulaciones claras y normas para estos combates, y garantizar que los atletas profesionales no se vean eclipsados por el atractivo mediático de estas figuras de las redes sociales.