Este artículo forma parte del proyecto “Fuera los Seconds: pasado, presente y futuro del boxeo amateur en Chile”, realizado gracias al financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2023 del Ministerio Secretaría General de Gobierno de Chile y el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago.

A sus 36 años de edad, Sebastián Muñoz se erige como el destacado propietario del gimnasio LibraxLibra, un logro que es motivo de legítimo orgullo en su trayectoria. Su fascinante travesía en el universo del fitness y el boxeo se remonta a hace aproximadamente 12 años, cuando tomó la determinante decisión de adentrarse en el apasionante mundo de los deportes de combate, específicamente en el noble arte de los puños. Este punto de partida marcó el inicio de un camino repleto de desafíos, logros y una constante búsqueda de excelencia en su vida personal y profesional.

¿Cómo nace la idea de crear algo propio y cambiar tu trayectoria de ingeniero a algo tan distinto como el boxeo?

Después de volver de Australia y comenzar a trabajar nuevamente en la misma empresa en la que solía estar, me encontré atrapado en un horario muy complejo. Vivía aquí, en La Florida; trabajaba justo frente al aeropuerto en Pudahuel y entrenaba en el Vitalis en Apoquindo. Imagínate la vuelta que me daba día a día. Llegaba a ser agotador.

Hasta llegué a sentir una especie de depresión en cierto momento, porque ya no podía hacer lo que amaba, que era entrenar en el boxeo. Entonces, me pregunté: ¿Qué quiero realmente para mi vida? ¿Quiero seguir trabajando en una oficina todo el día, aunque me vaya bien? ¿O quiero dedicarme a algo que me apasiona? La respuesta fue clara: quería dedicarme a algo que me apasionara. Así que decidí emprender en el mundo del boxeo.

¿Cuál fue el momento clave que te llevó a decidirte por el boxeo?

Miraba muy poco, no era un fan del boxeo, te diría yo. Pero me gustaba de por sí; me gustaba pelear en el colegio, era bueno, hay que reconocerlo. No andaba buscando peleas, pero yo era de los que, si lo molestaban mucho, explotaba. Era tímido en el colegio, pero ya en la media me cambió un poco la personalidad. Pero siempre fui de los que, no sé, si a un amigo lo molestaban, yo era el que lo defendía, o si a mí me molestaban, como que explotaba rápido.

¿Crees que ha habido avances significativos en la forma en que se aborda el deporte, especialmente con el crecimiento de los gimnasios privados y el aumento en la calidad del boxeo?

Yo creo que están cambiando las cosas, creo que el hecho de que haya crecido tanto el boxeo privado, con todos los gimnasios que están surgiendo, ha cambiado mucho la mentalidad y el nivel del boxeo. Lo he visto en las veladas; cada vez el nivel es mejor. Se refleja en la misma selección, cuando hacen los nacionales, los representantes de los clubes privados siempre demuestran un nivel muy alto, compitiendo fuertemente con los seleccionados. Entonces, creo que está creciendo.

Y la creación de nuevos espacios, como las veladas de famosos, ¿qué te parecen?

Que unos puedan estar en contra y otros a favor. Yo creo que, en realidad, le suman al boxeo. Hemos visto cómo niños y jóvenes se interesan en este deporte a través de estas veladas. Entonces, ¿podrían sumarse a estas veladas? Sí, yo creo que sí. No hay que caricaturizar el boxeo a través de estas veladas; hay que tomarlo en serio porque es peligroso, ¿entiendes? Pero si se hacen bien, creo que al final suman.

¿Cómo ves entonces el futuro del boxeo en la próxima década, especialmente en términos de su popularidad?

Yo lo veo bien. Yo creo que va creciendo. Es cosa de ver cuántos gimnasios se están abriendo al año, un montón. Sí, también creo que va a pasar algo así como pasó en algún momento con el Crossfit, que explotó. Se abrieron mil Crossfit y después, obviamente, el mercado no va para tanto y se empiezan a cerrar y quedan los mejorcitos. Pero es algo que se va a mantener. Con el boxeo va a pasar lo mismo. Está teniendo un boom, pero en un momento se van a empezar a cerrar porque no va a dar el negocio. Pero los que se mantengan, se van a mantener bien.

¿Cómo ves la contribución de aquellos que se unen al boxeo principalmente para entrenar?

Es un tremendo aporte. De un universo de personas que vienen a entrenar, yo diría que el 5% quiere competir, el 10% como mucho, y el resto es pura gente que viene a entrenar porque se quiere distraer, quiere hacer ejercicio, quiere desestresarse. Quiere aprender a defenderse, quizás, pero no quieren pelear, no van a competir. Pero esa gente es la que va a hacer que el boxeo crezca, porque esa gente es la que ahora quiere mirar boxeo, quiere ir a acompañar a los compañeros de entrenamiento que pelean.

¿Cuáles son los desafíos que actualmente enfrentan las y los boxeadores?

Son masificar más aún y poder unirnos, el boxeo federado con el boxeo privado. Yo creo que ese es el gran desafío para que esto crezca. Mientras no haya unión, no va a explotar nunca; nuestro nivel va a ser muy difícil que suba si no hay una unificación. Porque de ahí en adelante viene todo; todos los jóvenes que comienzan como amateur, después quieren ser profesionales. Si tenemos más amateurs con mejor nivel, entonces tendremos mejores profesionales. Hay que empezar desde los más pequeños y proporcionarles una carrera completa.

¿No había instancias como de unificación con la federación en este caso? ¿Y los privados como reuniones?

Yo creo que no, porque de parte de la federación no va a surgir esa iniciativa, y de parte de los privados, no sé, muchos están preocupados quizás por su negocio y no ven en la federación ningún aporte. Lo veo complicado. Sin embargo, creo que existen oportunidades. Estamos en un mundo muy globalizado en estos días, y es mucho más fácil tener contactos en el extranjero y viajar. Estamos viendo, por ejemplo, lo que está haciendo Andrés Campos en su carrera en el extranjero, y eso está perfecto.