Por más que el combate sea en Kazajistán el próximo 1 de junio, Daniela Asenjo ya sabe lo que es pelear lejos de casa. Pero esta vez, la campeona valdiviana va con todo en contra: aparte de que su contrincante pelea como local, el viaje lo hace sin recursos, sin equipo completo, pero con una convicción inquebrantable. “Confío plenamente en el trabajo que venimos haciendo hace años. Soy una boxeadora fuerte, inteligente, y mi fortaleza mental es clave”, afirma.
Daniela no solo es una referente del boxeo femenino chileno, sino también una mujer que ha sabido combinar tres mundos: el deporte, la música y la educación. “El boxeo y el violín me enseñaron lo mismo: disciplina, repetición, entrega total”, dice. Desde pequeña, su vida ha estado marcada por el esfuerzo. Estudió psicopedagogía, soñó con ser profesora de música, y hoy enseña boxeo en su gimnasio en Valdivia, donde también forma a nuevas generaciones de deportistas.
Una preparación contra el reloj
El combate contra Angélica Lukas, en busca del título mundial IBO, fue anunciado con solo tres semanas de anticipación. “No es lo óptimo, pero siempre estoy entrenando. En Chile no hay garantías, así que hay que estar lista para cuando llegue la oportunidad”, explica. La falta de planificación dice, es parte del sistema: “No hay calendarios como en el fútbol. A veces te llaman porque se bajó una rival en otro país. Y si estás lista, vas”. “Me ha tocado pelear en Turquía, Francia, Estados Unidos y México, siempre voy de visita lo ideal sería tener avisos con más anticipación, pero desde fuera no les conviene tanta antelación”. El tener una planificación clara es altamente conveniente, “otorga mucha ventaja”.
“Chile está alejado de los grandes escenarios del mundo en lo boxeril, no está tan desarrollado el boxeo como en otros países”, sentenció.
Boxear desde la periferia
Asenjo es crítica del centralismo deportivo chileno. “Si no estás en Santiago, no existes. Pero el boxeo en Chile se ha levantado gracias al trabajo desde regiones”, asegura. Valdivia, su ciudad natal, tiene una rica tradición boxeril, y ella ha sido pionera en impulsar el boxeo femenino local. “Acá hay mucho talento. Hay chicas que sueñan con ser campeonas del mundo, y eso me motiva a seguir”.
Más que un deporte, una causa
Para Daniela, el boxeo es también una lucha social. “Quiero dejar una huella para que más niñas puedan dedicarse a esto. Que no sea visto como raro. Que, si quieren ser boxeadoras, puedan hacerlo”, dice con firmeza. Su motivación ha evolucionado: ya no es solo subir al ring, sino abrir caminos. “El boxeo puede cambiar vidas. Enseña valores, disciplina, y puede alejar a muchos jóvenes de malos caminos”. Señala que las mujeres “se han ganado espacio en el box, son muy comprometidas”.
El futuro: formar y promover
En cinco años más, Daniela se ve fuera del ring, pero no lejos del boxeo. “Quiero ser entrenadora y promotora. Ya lo estoy haciendo, pero quiero dedicarme 100% a eso. En Chile faltan dirigentes, promotores, entrenadores. Desde mi experiencia, puedo aportar mucho”, afirma.
En lo personal, destaca la disciplina tanto en el box como en el violín, ello permite adquirir herramientas para desarrollarse y destaca su interés por la enseñanza, el ser parte de un proceso que genere valores. Aprecia que en general en el deporte no hay una formación desde edades tempranas.
Reflexiones finales: el llamado a invertir en el deporte
En su mensaje final, Daniela es clara: “En Chile todo es autogestión. No hay políticas públicas reales para el deporte. El boxeo puede ser un agente de cambio, pero falta inversión, visión y compromiso desde el Estado”. Y concluye con una convicción que atraviesa toda la entrevista: “El deporte no solo forma campeones, forma personas”. “El boxeo puede salvar vidas, de adicciones, de malos caminos…representa un valor preventivo”.
“La institucionalidad deportiva no funciona, hay fallas en los apoyos”.