Este artículo fue publicado originalmente en la revista digital DialogoUPR el 24 de noviembre de 2015, la reproducción del mismo cuenta con la autorización del autor.

El ‘Iron Boy’, Iván Calderón, con todos sus cinco pies de genio y figura, lava su carro en este domingo post mega combate. De repente, suena el teléfono.

“¿Qué cuándo es que un boxeador debe retirarse? Qué se yo. Retirarse de esto es bien difícil. El dinero es traicionero”, dice sin tapujos, cuando uno le pregunta sobre cómo y cuándo un exitoso boxeador debe retirarse.

Calderón tiene mucho que decir sobre los retiros en el boxeo, pero de eso hablaremos en breve. Pongamos bajo lupa primero la situación que enfrenta en estos momentos otra gran gloria del boxeo puertorriqueño.

La encrucijada actual de Cotto

Luego de que Michael Buffer anunciara que el mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez lo había vencido por decisión unánime, Miguel Cotto no quiso hablar con nadie. Su legendaria humanidad cagüeña de 150 y pico de libras simplemente se bajó del ring y siguió caminando, con la mejor escolta que cualquiera pudiese tener: la familia.

No es que estuviese enchismao’ con la prensa ni nada por el estilo. Solo necesitaba dar ese primer paso para comenzar su propio proceso de introspección y alejarse del foco público. Así es él. Ya lo ha hecho antes. Eventualmente, hablará, pero ahora no es el momento.

Sobre su futuro, Cotto todavía prefiere mantener silencio, aunque si un periodista se lo encuentra de madrugada en el aeropuerto no vacilará en reafirmar lo que algunos analistas han dicho, que fue él quien le ganó a Canelo y no al revés, como el mismo púgil le indicó a Primera Hora. Pero de lo que viene ahora, nadita de nada. Por ahora, confórmense con lo que diga Freddie Roach, su metódico entrenador, que ayer en la tarde por fin le dijo dos ó tres cosas a la prensa.

Pero, realmente, ¿qué debe estar pasando por la mente de Cotto?

Veamos los intangibles. Primero, es un hecho que, a pesar de no alzarse con la victoria en el Mandalay Bay Arena el pasado sábado, Cotto realizó una pelea muy buena, tan y tan buena que hay más de un puñado de cotizados expertos que dicen que al boricua le robaron la pelea. O sea, no se vio como un peleador machucado para su edad, y sí como un atleta al que le queda aún bastante gasolina en el tanque.

Segundo, está su contrato con ROC Nation Sports, la empresa promotora y de manejo de atletas que es uno de los bebés más mimados del magnate musical, bestia del micrófono de rap y esposo de Beyoncé, Jay Z. Según se ha informado, el acuerdo concordado a principios de este año entre ROC Nation y Cotto era de tres peleas por $50 millones. La primera fue en verano, cuando Cotto se apuntó un nocaut con el australiano David Geale, un excampeón mundial mediano en picada. La segunda fue el pasado sábado, cuando cayó ante ‘Canelo’ por decisión unánime. La tercera está en veremos. Y aquí es que la cosa se pone difícil pa’ ti y difícil pa’ mí, como dice ese corito del Macabeo. Porque, realmente, ¿qué contrincante en este momento es digno para pelear con un boxeador que ya tiene su nombre escrito en letras doradas, no tan solo en la historia del boxeo puertorriqueño, si no en la historia del boxeo mundial? ¿Qué pudiera ofrecerle a Cotto cualquiera de los contrincantes que hay en la división de las 154 libras, la cual apunta a ser donde el orgullo de Bairoa debería realizar cualquier otra pelea tras notarse el pasado sábado cómo un boxeador de 160 libras es muy corpulento para él?

“Conociendo a Yunito, él ahora va a entrar en un proceso de descanso, a enajenarse del boxeo un rato y una vez esté desconectado y salga de ese proceso, se sentará con su grupo de trabajo para ver qué hay allá afuera”, le dijo a Diálogo el promotor Peter Rivera, de Puerto Rico Best Boxing, quien fuese manejador de Cotto y uno de los responsables del desarrollo de los primeros años del púgil en ruta a sus primeros dos títulos mundiales, en las 140 y 147 libras.

“Le toca analizar su futuro y me imagino que cuando vea que no hay nada que sume a su legado, la posibilidad del retiro le podría lucir muy atractiva”, articuló.

Rivera entiende que la opción más sensata sería optar por el retiro y dedicarse a su familia y a alimentar el sueño de otros boxeadores nativos mediante el desarrollo de su empresa Miguel Cotto Promotions, con la cual ya deja su marca en el rentado mundo de Fistiana, tanto a nivel nacional como internacional.

Olvídate de Jay Z y Beyoncé: “Mi consejo es que se retire”

“Hay que ver cómo es su contrato con ROC Nation, porque muchas veces estos acuerdos tienen unas cláusulas en las que el peleador puede optar por no seguir, si es que quiere encaminarse al retiro. Miguel debe analizar bien lo que debe hacer”, apuntó Rivera.

“Como boxeador ya él ha probado en su carrera ser uno de los más grandes del boxeo, no tiene nada que demostrarle al boxeo a nivel mundial. Hizo una gran presentación el pasado sábado. No pudo salir con la victoria, pero eso es parte de esto. Es un atleta realizado, y la parte económica la tiene cubierta. Yo creo que está a tiempo para aprovechar. Está relativamente joven, y muy bien debería pasar esta página, dedicarse a disfrutar lo que ha hecho, a compartir con sus hijos que están ya adolescentes y no creo que nadie se sienta mal por eso, y menos él que ya tiene un legado hecho y va a ser un miembro del Salón de la Fama del deporte. Ese sería mi consejo, en cuanto a lo personal”, agregó.

En cuanto a lo profesional, Rivera le aconsejó a su colega promotor que “puede seguir dedicándose a desarrollar su empresa promotora. Ya lleva más de 10 años como promotor y de esta forma puede seguir conectado al deporte”. Arriba del ring son otros veinte pesos.

“¿Quién queda en las 154 libras que sea atractivo para él pelear? ¿Erislandy Lara? ¿Qué gana Miguel con una pelea ante él? Digo, si él va a hacer una pelea más, me imagino que sería buscando un oponente a quien derrotar y Lara me parece medio riesgoso, además que ya Lara perdió con ‘Canelo’. No trae ningún atractivo económico para él. Hay una liga de boxeadores que son los Mayweather, los Pacquiao, los ‘Canelo’, los Cotto, y Lara no está en esa liga”, explicó Rivera.

“Y yo dudo mucho que Floyd vaya a volver, menos para una pelea con Miguel. ¡Ese tipo este año se metió más de $350 millones en la pelea aquella con Pacquiao, imagínate! Mi consejo es que considere seriamente el retiro, porque está bien económicamente y esto es boxeo, esto no es estar en una oficina con aire acondicionado. Aquí el cuerpo sufre y mientras el boxeador pueda sufrir lo menos posible, más podrá disfrutar el resto de su vida. Esto es algo hasta sicológico”, puntualizó, enfatizando en que la cantidad de dinero que Cotto ha logrado en carrera, sin contar el contrato con ROC Nation, debe sobrepasar “los $60 millones. Debe estar por ahí”.

El ‘Iron Boy’ y la piquiña en el retiro

Pero el retiro no es algo fácil, especialmente cuando llevas tanto tiempo en la cima, demostrando que eres uno de los mejores en lo que haces. Pregúntenle a un excampeón mundial que estuvo años sin perder y en una ocasión fue considerado entre los mejores libra por libra, a pesar de que sus proezas fueron siempre en el peso mínimo de la competencia.

“’Chacho’, eso del retiro a mí se me hizo bien, bien difícil”, le dijo a Diálogo el guaynabeño Iván ‘Iron Boy’ Calderón, excampeón mundial de las 105 y 108 libras.

“Todo está en él. Hay que ver cómo es la cosa con el contrato, si no cumple la pelea y no le cuadran la bolsa que acordaron. Es que uno piensa, si el contrato tiene una cláusula de retiro pero, la pelea que te queda es de $10 ó $15 millones, ¿qué tú harías?”, agregó.

Calderón también conoce bien a Cotto. No tan solo empezó su carrera como profesional en la misma cuadra de Cotto, con la empresa PR Best Boxing de Rivera, si no que fue su compañero de batalla en numerosos viajes de la selección nacional de boxeo aficionado. Fueron a las Olimpiadas, prácticamente vivían juntos. Se coronaron campeones mundiales en el boxeo profesional más o menos al mismo tiempo. Es decir, todo, todo, todo lo que Cotto ha vivido en el boxeo, Calderón también lo ha vivido, con la diferencia de que el peso de Cotto, que oscila en las periferias de lo welter, deja más dinero que el peso en el que riñó Calderón. Por ejemplo, Calderón tiene la marca de más defensas de título al hilo para un boricua,18, pero dudosamente tuvo alguna vez una bolsa millonaria en pelea alguna, mientras que Cotto estornuda y ya hace un millón, cómodo.

“Lo que sí es que me cercioré de tener mis dos buenos carritos saldos, mis propiedades bien puestas y mi casita. Ahora trabajo duro para que a mi familia nunca le falte nada. Pero te digo, no fue fácil retirarme. Es más, te diría que la transición fue bien, bien difícil. Me tomó unos tres años”, apostilló Calderón en conversación con este diario digital.

Durante la parte final de su carrera como boxeador profesional, Calderón comenzaba a trabajar en el gimnasio Wilfredo Gómez del Municipio de Guaynabo. Considera al alcalde Héctor O’Neill como uno de los que más influenciaron para que finalmente enganchara los guantes, luego de perder por nocaut tres de sus últimas cuatro peleas: dos por el cetro mundial OMB de las 108 libras ante el mexicano Giovanny Segura y su último combate registrado, una derrota ante el también azteca Moisés Fuentes, por el título de las 105 libras.

“En esa última pelea yo me sentía bien en esos primeros tres o cuatro asaltos, aunque luego no me sentí tan bien y supe que era que tenía una lesión en el hombro”, recordó.

“Sinceramente, yo nunca tuve en mi mente, el alcalde fue el que me hizo entrar en razón, me pidió que me retirara para bregar con los muchachos jóvenes en el gimnasio. Yo no me quería retirar porque me sentía que todavía podía hacer dos o tres peleas más. Es bien difícil tomar una decisión cuando tú no lo quieres tomar”, agregó Calderón.

Eso fue en 2012. Calderón asegura que la vena del retorno le sigue picando, “aunque sé que me quedan dos años para ser elegible al Salón de la Fama y creo que puedo lograrlo”.

“Pero es bien difícil esta transición. Saber que vas a venir de hacerte $10 mil, $12 mil pesos en un mes a un trabajo que apenas pasa de los $2 mil. Hay que ponerse los pantalones en su sitio, acortar lujos, medir bien lo que haces. Gracias a Dios yo nunca fui de los que botaban chavos. Pero uno ve a compañeros de uno y uno entiende porque siguen peleando. También uno ve otros compañeros que no les fue tan bien luego del retiro y uno se siente afortunado. No es fácil para nosotros”, expresó.

El ídolo de Cupey Alto, Tito Trinidad, por ejemplo, tuvo que irse a la quiebra hace dos años. Juanma López anda atribulado, con un caso de violencia doméstica y los rumores indican que ha malgastado su fortuna y anda más pelao’ que la calva del muñequito de Maestro Limpio. Wilfredo Gómez también ha botado muchos chavos; el caso de Wilfred Benítez y su enfermedad de demencia dan grima; y otros, como Chapo Rosario, simplemente sucumben ante la adicción y fallecen. No hay duda, ser un excampeón mundial carga ciertos peligros.

“El dinero es traicionero”, asiente Calderón. “Por ejemplo, hace unos ocho meses me ofrecieron una pelea de campeonato mundial en las 105 libras, en Japón, y me daban mucho, mucho dinero, más de lo que me llegué a ganar en algunas de las defensas que realicé cuando era campeón. Inicialmente, acepté la pelea. Pero se cayó. No he sabido más de eso. Pero, para que veas, esto de estar en el retiro cuando uno ha alcanzado tanto en el boxeo es difícil”, añadió.

“Y Miguel debe saber eso. Ahora, si él toma esa decisión se va con la frente en alto. Puede irse con 20 derrotas y seguirá su legado ahí, seguirá rumbo al Salón de la Fama. Que haga lo que él quiera. No le debe nada a nadie”, finalizó.