Desde que Michael Buffer anunció el sábado pasado que teníamos un nuevo campeón mundial semi pesado de boxeo que la reacción de los fanáticos fue de indignación y es que mucho (y me incluyo) vimos ganar al ruso Sergey Kovalev pero la decisión de los jueces dijo lo contrario, Andre Ward era el campeón.

De inmediato las redes sociales se llenaron con comentarios de fanáticos que acusaron un robo o un fallo injusto en contra del ruso, reviviendo de inmediato las acusaciones que han pesado por décadas en el boxeo respecto de ser un deporte corrupto.

Pero, ¿podemos hablar de un robo en esta pelea? y la respuesta es sencilla: No. Sergey Kovalev no fue víctima de un robo. En estos casos cabe hacer una diferencia, fue una pelea tan cerrada que pudo recaer sobre cualquiera de los dos púgiles, incluso pese a la caída que sufrió Ward en el segundo asalto.

La actuación de Kovalev en los primeros asaltos fue tan contundente que es fácil caer en el error de apreciación que dominó el combate. Kovalev lo hizo, pero solo hasta el cuarto asalto, desde el quinto en adelante Ward supo desordenar el boxeo del ruso hasta el punto de equiparar el combate.

Derribemos algunos mitos. El primero, “quien lleva la iniciativa de la pelea debe ganar el combate”, falso, no necesariamente el peleador que va hacia el frente es el que se adjudica el asalto. Muchas veces una buena defensa gana peleas, es cosa de mencionar a un tal Floyd Mayweather.

Segundo, “el boxeador más golpeado es el que pierde la pelea”, falso, muchos pensarán que porque Ward terminó con la cara más hinchada perdió la pelea, y eso no es efectivo, un boxeador de la potencia del ruso puede provocar daño con un solo golpe, pero en el boxeo no gana el que pega más fuerte, gana el que pega más.

Otro mito, “los asaltos cerrados son para el campeón”, en ningún caso, si hablamos en términos deportivos, esto es así, ambos púgiles ingresan en igualdad de condición y que Kovalev haya sido el campeón no quiere decir que tenga preferencia a la hora de puntuar.

Otro axioma en el cual suelen caer los fanáticos del boxeo es decir que un púgil que ensucia la pelea o amarra mucho no debe ganar el asalto, eso también es falso, en el boxeo, mientras el árbitro no diga lo contrario, los amarres están permitidos, y en el caso de Ward con Kovalev, fue la solución que encontró el norteamericano para detener el avance de Kovalev y penetrar la defensa del ruso.

Para terminar, otro mito, “un boxeador que solo pega el jab no puede ganar el asalto” falso, nuevamente, el round se lo lleva el que marque más, ya sea con combinaciones o pegando solo el jab, puede que sea deslucido pero válido para llevarse una pelea.

Tomando en cuenta todos estos antecedentes podemos afirmar que en la pelea entre Ward y Kovalev no hubo robo, sí fue una pelea cerrada que pudo ir hacia cualquiera de los dos peleadores (mi tarjeta fue 114 – 113 para Kovalev) y que merece por cierto una revancha.

Pero, esto no quiere decir que el boxeo sea libre de la corrupción, como pocos, este es un deporte que se asume como un negocio y muchos de sus resultados se deciden según el interés económico.

Por ejemplo, la pelea previa a la de Ward vs Kovalev, entre el estadounidense Maurice Hooker, un joven de 27 años y el colombiano Darleys Pérez, un púgil que se empina ya sobre los 30 terminó con un resultado polémico e injusto.

Pese al dominio claro del púgil sudamericano, los jueces de Las Vegas no quisieron arruinar el record invicto del joven y más lucrativo púgil local y decidieron decretar la pelea empate. Ese sí fue un robo.

Como sea controlar la corrupción en el boxeo parece una tarea imposible de controlar, aunque con la irrupción de las redes sociales, los escándalos son más llamativos y por ende, se ejerce un mayor control respecto de los resultado.

Pero a la hora del análisis hay que ser claros, hay peleas que son robos, pero eso no quiere decir que cualquier fallo polémico sea una injusticia.