Anoche en el Polideportivo Martín Vargas de la comuna de Maipú, se llevó a cabo la primera velada de boxeo organizada por la municipalidad y el Club de Martín Vargas. En medio de una previa de combates sin mucha expectación dada la poca experiencia de sus púgiles, se llevó a cabo, más bien con una organización tendiente a la improvisación que la formulación de un evento deportivo. En mi calidad de juez amateur asistí a apoyar, el evento el cual trascurrió entre espacios publicitarios para la municipalidad y homenajes a la legenda del boxeo local Martín Vargas.

Pero más allá de este folclor típico de las veladas boxeriles, es el evento principal el que nos deja con profundas preocupaciones, “la Cobra” Salas es un boxeador con sobradas cualidades, que llego en impecable forma física, presentados al combate de forma competitiva y con ganas de llevárselo todo en su primera defensa titular. Pero uno de los jueces profesionales, me hace la siguiente pregunta ¿Qué gana Salas?.

Empecemos por la fecha, el día en que Santiago se disputa el título nacional entre Parra y Fuenzalida, se realiza otra velada profesional de forma paralela, con una previa amateur pobre, que deja en el publico neófito la idea que el boxeo es gente sin preparación tratando de asestarse golpes en la cabeza, y no lo que es, un complejo entramado de técnicas ofensivas y defensivas en constante evolución. Pero el caso del boxeo profesional era simplemente caótico, con un árbitro nonagenario, quien pocas posibilidades tenía de estar al ritmo del combate, con jueces con muy poca experiencia, con la excepción de Martin Renom uno de los pocos árbitros profesionales de la RM, se presenta la organización del combate con serias deficiencias. Pero si bien es cierto era la primera velada organizada por la Municipalidad de Maipú, los baches administrativos podían pasar debido a la inexperiencia, pero lo realmente preocupante es la completa carencia de competencia de su rival “Chispita” Bustos, quien francamente lanzo dos o tres golpes, esperando amarrar o terminar el combate sin combatir algo digno de la filosofía de Bruce Lee (quien dice que la mejor manera de ganar un combate es no teniéndolo). Ante la atenta mirada de rivales de real peso como Mario Contreras, se desarrolló este espectáculo triste de un campeón welter de Chile avasallando a un boxeador que no quería pelear. Es aquí cuando volvemos al título de la columna, nos preguntamos ¿que gana Salas?, contra oponentes de escaso nivel, que no hacen mejorar a este boxeador nacional con notables habilidades. Que pasa en la organización de eventos en la cual se busca solo el    proselitismo político y no la competencia real. Recordemos que solo la “competencia” es la que hace mejorar el deporte. Pero el box por el box, es solo un espectáculo mal armado que carece de la realidad necesaria para poder ser significativo como evento deportivo y  para el boxeo en Chile.

Fotografía: Loreto Quiroz