Es 1950 y un boxeador poco común está en el cuadrilátero, se trata de Manuel Castillo, quien es conocido por sus habilidades de larga distancia, Revista Estadio dice “no obtendrá los aplausos por ir a la guerra, pero sí de quienes aman el arte de la defensa propia”, así visto casi como un quijote del boxeo, el estilo de larga distancia con uso de izquierdas (jabs) para mantener alejado al rival era visto como algo poco usual, que se enfrentaba a la escuela “americana” la cual reinaba desde 1900 en Chile, siendo un boxeo frontal y de corta y media, distancia con intercambios constantes, siendo un boxeo de intercambio y demanda física constante.

Manuel Castillo 1950

El problema, era ser diferente en un escenario, en el cual el público parecía mandar o los medios le dicen que debe creer, ya que de un análisis de extenso del tipo de combates relatados por los medios de la época siempre hacen hincapié en el combate frontal y sin cuartel, si bien es cierto , existió una mayor influencia norteamericana desde 1923, cuando Demsey derrota a Carpentier, aunque el mismo Dempsey fue vencido por Tunney, quien tuvo un uso inteligente del jab y el clinch. Sin embargo su triunfo fue mal visto, existía una tendencia constante al enfrentamiento frontal como la mejor pelea posible.

Finalmente, el boxeador que privilegia el espectáculo, lo hace en desmedro de su propia salud, más en una época en que incluso el uso del bucal era escaso, con guantes que apenas cumplían las medidas de seguridad mínimas. Optar por un boxeo defensivo, también  era elegir una opción que protegiera en mayor medida al boxeador, pero también una manera de alargar la carrera, ahora Manuel Castillo, al igual que Oscar Francino,  los estilistas eran escasos en Chile y su actuación era más bien desconocida por tierra nacionales, la prensa de la época hace eco de un interés por la confrontación como principal logro del boxeo, el deporte estaba habituado a este tipo de encuentros.

Pero Castillo no era cualquiera, era soldado de la Fuerza Aérea estacionado en Colina, dedicado al boxeo, como amateur desde la Fach, donde llego a ganar el título de Santiago, desde ahí se encumbro a al boxeo profesional, en donde contaba con la ayuda de sus tíos los hermanos Garrido ambos boxeadores, quienes fueron entrenados por famoso John Berhard, así con una dupla muy competente. Castillo fue capaz, de derrotar al campeón nacional categoría gallo, Manuel Santibañez, quien contaba con el beneplácito del público, en un combate en que nadie cree en el “estilista”, supo superponer la precisión y la técnica al choque frontal que representaba, el boxeador chileno por excelencia. El público conmocionado por el nocaut al tercer asalto, que provoco un vuelco de la prensa hacia su estilo de pelea, cabe recordar que además la conquista de este título fue muy espectacular debido a que además fue, noqueado con un cross de izquierda, espectacularmente conectado. Castillo fue un reconocido peso gallo de 1950, con una tradición de boxeo, que lamentablemente no ´pudo reproducirse, sino quemas bien a existido por espacios cortos en los cuales, solo hay destellos de esta habilidad. Es de esperar que en la figura de Miguel “Aguja” Gonzales, pueda perdurar esta tradición de buen boxeo.