Demetrius Andrade, campeón peso medio de la OMB, terminó su combate llamando a viva voz a Canelo o a GGG, a quien, en reiteradas ocasiones, ha acusado de no pelear con nadie. Andrade ganó y con contundencia en las tarjetas 120-107, eso es, en cierto sentido, categórico, pero no da una amplitud del aburrido espectáculo que nos llevó ver este combate. Andrade termina su combate contra el público, en su propio estadio, en Filadelfia
Andrade sorprendió cuando derribo en el primer asalto a su rival de forma categórica, en lo personal, llegué a pensar que se acababa la pelea ahí mismo. El polaco Sulecki era un rival competente, pero Andrade parecía dominar con contragolpes explosivos de su izquierda, pero, pasado el segundo asalto se trasforma en un luchador aburrido, Sulecki entre asustado o dubitativo, intentando marcar alguna derecha en algún momento. Asaltos como el octavo, en donde Andrade literalmente no lanzó golpes, agachado y haciendo caras, hacen que sea inexplicable cómo ganó todos los asaltos.
La carencia de iniciativa en sus peleas es crónica, esto ya es tercera que sucede. La extraña explicación para las acciones de Andrade, es que es una artista de la “dulce ciencia”, que además no ha podido enfrentar a lo mejor de la división.
Andrade plantea la teoría que los oponentes potenciales le temen o que su estilo podría hacerles, ver flojos y ridículos. Otros lo llevan un paso más allá y sugieren que si los oponentes son escépticos sobre el enfrentamiento o no, el estilo de boxeo de Andrade no genera suficiente entusiasmo por parte del público en general, y como resultado, podría ser un fracaso económico.
Después del combate, Andrade gritó con vehemencia, llamando a Canelo y su eventual carencia de “cojones” para enfrentarlo. Con la aburridísima pelea del sábado quizás nadie quiera enfrentarlo para exponerse a caer dormidos por su tedioso estilo de boxeo.
“Me puse 12 rondas de boxeo limpio y profesional. La ciencia dulce. Mi trabajo es seguir ganando”, dijo Andrade.
Esto deja preguntas abiertas para el mercado del boxeo profesional. ¿El estilo de marcar puntos y no arriesgar puede llegar a ser lucrativo por sí solo? Muchos han fracasado en este intento.