Hijo de padre inglés y madre iquiqueña, “El Gringo” nació el 27 de junio de 1938 en Santiago, específicamente en la población Juan Antonio Ríos. Como muchos púgiles santiaguinos, sus primeros entrenamientos los realizó en el Gimnasio del Club México.

Admirador de Sugar Ray Robinson, a los catorce años decidió tomar el deporte de los puños con la seriedad de un profesional. Cuando lo practicaba de modo amateur en el ejército, fue invitado a la preselección para los Juegos Panamericanos de Chicago el año 1959, cita a la que finalmente asistió el deportista Juan Díaz.

Su carrera profesional como peso pluma se desarrolló en la década de 1960. Destacándose por su estilo más que por su pegada, llegó a ser campeón sudamericano y figuró entre los diez mejores de la categoría.

Lo anterior le permitió tener la oportunidad de disputar el título mundial en Japón ante el campeón Shozo Saijo. El 8 de febrero de 1970 a las 9 de la mañana hora de Chile, Godfrey Stevens, a la edad de 31 años, peleó el título mundial en un combate que transmitió en directo Televisión Nacional de Chile.

El país se volcó a los pocos televisores que existían en aquel tiempo, para presenciar la lamentable derrota del campeón chileno por decisión unánime de los jueces, tras quince briosos asaltos.

Stevens mostró boxeo como para dominar al japonés, pero una caída, que el chileno atribuye a un resbalón, derivó en un conteo que mermó sus posibilidades de alcanzar el triunfo por la vía de los puntos.

Stevens fue recibido en el aeropuerto de Santiago como un verdadero héroe, un hecho que no gustó al propio Stevens que no concebía cómo la gente estaba celebrando una derrota.

Luego de ese combate y ya en la parte final de su carrera como boxeador, Stevens enfrentó a destacados boxeadores que terminaron, muchos de ellos, transformándose en leyendas del deporte como Rubén Olivares, Eder Jofré y Aléxis Arguello, su último rival.

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