Fue una mano, un uppercut que impactó directo en el mentón de José Argel y cambió el destino de la pelea. Hasta antes de ese golpe, el púgil del Charly Boxing Team parecía que podría dar el golpe a la cátedra. Derrotar al crédito local en su casa y dar un paso gigante en su joven carrera profesional. Pero lamentablemente no fue así. Fue una derrota, pero de esas derrotas que saben a victoria. ¿Por qué todos terminamos satisfechos luego de esta pelea?

Lo primero es que, efectivamente, de no haber conectado ese golpe el estadounidense Jayvon Garnett, la historia hubiese sido otra. El “Comando” Argel salió con un planteamiento inteligente. No esperó que el crédito local tomara la iniciativa y, con un buen volumen ofensivo, desconcertó a su rival al punto que luego de dos asaltos parecía no tener respuesta a lo que planteaba el chileno.

En eso ayudó mucho el estado físico de Argel, bien preparado, con una excelente capacidad aeróbica y resistente además a los embates de Garnett. Esa es una de las primeras lecciones de esta pelea: la preparación. Si antes era común ver a nuestros créditos caer noqueados por golpes al hígado en el primer asalto. Ahora, los boxeadores nacionales con un mejor entrenamiento y preparación pueden aguantar 10 o 12 asaltos con mayor frecuencia.

Fue muy sorprendente ver cómo se fue desarrollando la pelea. Argel se vio dominante en los primeros dos asaltos y quizás eso terminó jugando en contra. En el tercero el “Comando” descuidó un tanto su defensa y eso permitió que viniera esa mano. Aquél upper que cambió todo el panorama. Si bien ese golpe no lo derribó, lo dejó descolocado durante el resto del asalto, al punto de caer a la lona y recibir la cuenta del referí.

Pero luego de eso vino otra de las enseñanzas que podemos sacar de este combate: la fortaleza mental. Lejos de derrumbarse moralmente por la situación, Argel y su esquina no cambiaron el plan y siguieron en búsqueda de una victoria que luego de esa caída se veía más esquiva.

Esa actitud, esas ganas de destacar, es algo que todo boxeador que se suba a un cuadrilátero debe imitar. Argel tenía al frente a un boxeador que, en el papel, tenía mejor técnica y velocidad que él, pero aún así, el chileno no se achicó y dio un espectáculo que emocionó.

En resumen, es una derrota de la cual se pueden sacar muchas cosas positivas. Es necesario destacar el trabajo del Charly Boxing Team, la iniciativa de llevar a sus boxeadores a un campamento tan exigente y la posibilidad que han tenido de medirse en un nivel superior al que están acostumbrados. Un trabajo digno de imitar.

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