Su nombre de pila no era Routier y su apellido tampoco era Parra, sin embargo así fue conocido en los rings de Norteamérica y bajo ese apelativo disputó en dos ocasiones el título del mundo. ¿Quién era realmente Routier Parra? hasta el día de hoy no se sabe claramente quién fue este enigmático boxeador.

El acta de nacimiento de Routier Parra señala que su nombre real era Alejandro Romero Castillo y que nació en Antofagasta el 9 de febrero de 1905. Dato que tampoco está del todo claro porque su inscripción se produjo recién en 1922 (cuando sus padres formalizaron el matrimonio) y porque los datos de la Comisión de Boxeo de los Estados Unidos señalan que su nacimiento fue el 21 de diciembre de 1905, esta diferencia retrasó unos cuantos meses su debut en el profesionalismo.

Alejandro Romero, Routier Parra o Alejandro Enrique González (como aseguró que era su nombre en una entrevista que concedió ya retirado), comenzó su vida de boxeador a los doce años cuando llega a la ciudad de Antofagasta el empresario del entretenimiento Roberto Parra.

Parra manejaba un espectáculo de varieté que tenía dentro de sus actos una pelea de “Batalla Real”, las “batallas reales” consistían básicamente en enfrentamientos de entre 3 o más púgiles quienes combatían, todos contra todos, hasta que finalmente quedaba uno en pie. Una de las variantes de estos combates consistía en que los luchadores debían enfrentarse con los ojos vendados, fue en esta especialidad donde Routier destacó sobre los demás.

Desde ese día Roberto Parra “adoptó” a Alejandro Romero y lo llevó consigo a las giras. Parra no era cualquier manager, fue además un destacado ciclista de la ciudad de Valparaíso, lo que le valió el sobrenombre de “Routier” (ruta en francés) y que luego adoptaría su “hijastro” junto a su apellido.

Bajo la tutela de su manager, Routier Parra disputó sus primeros combates en la ciudad de Valparaíso destacando de inmediato por la bravura y el empeño que ponía en cada uno de ellos. Peleó cerca de 80 combates (muy pocos de ellos destacados por la prensa) y gracias a la recomendación de Estanislao Loayza, viajó a los Estados Unidos lugar donde alcanzaría la cúspide de su carrera.

Ya en Norteamérica, Parra cosecha una destacable racha de triunfos que le permiten estar en la primera línea de retadores al título del mundo de peso Mosca. La primera oportunidad no llegó de buena forma. Ante la deserción del retador oficial, Parra sólo tuvo cuatro días de preparación para enfrentar al campeón, Izzy Schwartz.

Pese a la oposición que otorgó Parra y que prolongó el match hasta el último round, el triunfo de Schwartz fue inapelable frustrando de esta forma la gran chance del antofagastino.

La pelea marcó un antes y un después en la vida de Parra. Luego de un par de derrotas decide volver a nuestro país donde, prácticamente, nadie lo conoce. Tampoco hubo rivales que quisieran enfrentarlo por lo que, aburrido de la indiferencia, decide volver a los Estados Unidos lugar donde combatió en 29 peleas más.

Pero ya no era el mismo Parra, el chileno sufre una serie de derrotas que hacían pensar en su retiro hasta que, contra todos los pronósticos, la National Boxing Asociation decide darle una nueva oportunidad titular el 16 de junio de 1931 ante Frankie Genaro.

Pese al entusiasmo y la bravura demostrada, la curva descendente de su carrera se hace evidente y cae por KO en el cuarto asalto. Nunca más Routier tuvo la chance de pelear por el título mundial.