No ha sido un buen año para la selección nacional de boxeo. El mal resultado cosechado en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba y la incertidumbre respecto de la dirección técnica del equipo han sumido al pugilismo olímpico nacional en una crisis de la que no se conoce aún su dimensión.

En conversación con el programa Gancho Izquierdo, Miguel Véliz aborda la actual situación del boxeo olímpico chileno y en especial de la selección nacional, que sufriría un proceso de desmembramiento luego que la mayoría de sus integrantes manifestara su intención de saltar al boxeo profesional.

¿En qué consistió el proyecto de funding que subiste a internet buscando recursos para continuar con tu entrenamiento?

Ese proyecto lo envié para ver si resultaba. La verdad es que salió positivo, quizá no se vio reflejado en dinero, pero sí hubo gente que quiso apoyarme y se crearon lazos y esa era la idea.

¿Por qué nace esta idea de ir a entrenar fuera de Chile?

Desde que estoy en Chile siempre he tenido problemas para entrenar en mi peso. Con el profesor Jesús teníamos que dejar ciertas cosas de lado y privilegiar lo físico porque no tenía con quién hacer sparring. Entonces cuando salimos afuera ahí es cuando aprovecho de hacer sparring. Afuera son duras las concentraciones y con eso he obtenido resultados. Me ha sido difícil la preparación en ese aspecto.

Además de tener problemas para entrenar, en Chile no puedes competir porque las autoridades del boxeo sostienen que hay mucha diferencia entre los seleccionados y el resto. ¿Qué te parece esa decisión?

En Chile estamos muy atrasado en el boxeo, yo como seleccionado nacional puedo convertir si incluso las nuevas normas AIBA permiten competir a los boxeadores profesionales y acá no podemos pelear ni con los seleccionados.

¿A qué crees que se debe este retraso?

Creo que es incompetencia de los entrenadores nacionales. Hay una mentalidad de que siempre se busca la segura para ganar. En cambio en otras partes es distinto, todos quieren pelear con los mejores. Acá dejan que las peleas terminen aunque al cabro le estén sacando la mierda. Eso es lo que tenemos que cambiar. Afuera la cosa se mueve así.

Tú que has visto la experiencia de otros países ¿Cómo son esos modelos? ¿Qué podríamos copiar o rescatar nosotros?

Creo que lo principal es solo actualización. Hoy en día los técnicos que hay se conforman con lo que fueron como entrenadores, pero no están dispuestos a aprender más. Eso en los otros países lo han entendido, si el día de mañana quisiera ser entrenador no me va a bastar con ser Miguel Véliz, tengo que hacer cursos, tengo que prepararme, eso lo tienen claro afuera, hay que ser profesionales. Pero acá nos quedamos con que fue peleador y si llega un cabro que estudió Educación Física se le discrimina porque nunca ha peleado. Hay que sumar gente nueva al boxeo, cuando me retire esto hay que cambiarlo, no hay que despreciar a la gente mayor, hay que trabajar en conjunto, pero todos tenemos que aprender, el mundo ha cambiado y todos nos tenemos que actualizar. Acá llegó el profesor Jesús y todos le dieron la espalda pese a que tenía una vasta experiencia en el extranjero pero acá todos se negaron, seamos más humildes y aprendamos del extranjero que sabe más cosas.

¿Cuál es la evaluación que haces de la participación en Cochabamba?

Si hablamos de los pasados Juegos Bolivarianos, en mi caso particular, antes de viajar a los juegos me fracturé la mano. Llegué a los Juegos con la mano quebrada, hice magia en ganar la primera pelea y después me tocó con Deivis Julio y ya ahí había poco qué hacer. Después de los Bolivarianos me operé y así como estaba viajé a otro torneo en República Dominicana donde nos fue bien a pesar de todo. Pero después de los Bolivarianos nos dijeron que a Jesús Martínez lo iban a cortar y ahí empezó un periodo de incertidumbre donde no nos preparamo bien porque el profe no podía planificar nada si no sabía si podía seguir. Ahora ya se consiguió lo que querían que era sacarlo y ahora se desarmó el equipo y tendremos que hacer uno nuevo y partir de nuevo con el ciclo. Esto de obtener resultados no lo tendremos de un día para otro, es tiempo, hay que invertir, me preocupa mucho la situación del boxeo olímpico porque no sabemos qué pasará, quienes estarán dispuestos a venir a la selección, quiénes estarán dispuestos a entrenar mañana y tarde que no son muchos. Acá no se gana nada, entonces muchos saltan al profesionalismo porque la plata se gana rápido, pero el boxeo olímpico también da satisfacciones, pero ahora todo está más complicado. La Federación está en pésimas condiciones, quién estará dispuesto a alojarse ahí. El Comité Olímpico probablemente bajará las platas y ahí se complica todo.

¿Ves alguna posibilidad de pasar al boxeo profesional?

Si, siempre está abierta esa posibilidad. Por lo que yo no me hacía profesional es porque cuando empecé ser profesional era morirse de hambre, ahora sí hay más movimiento pero antes no había nada. El boxeo profesional en Chile ha crecido pero en el olímpico nos estamos quedando atrás que es el salto al boxeo profesional. Yo recomiendo estar en el boxeo olímpico unos cuatros años porque se gana mucha experiencia, yo he estado y he perdido con los mejores del mundo y por eso quiero ir a Estados Unidos porque incluso podría vivir de los sparrings. Mi ideal es estar uno o dos años allá, vivir la experiencia, aprender el idioma y si me va mal vuelvo a Chile y trabajo en mi profesión.

¿Si fueras profesional en qué peso te acomodarías?

Peso pesado, mi ídolo es Mike Tyson, si se trata de show o espectáculo ¿qué prefieren ver? Si voy al profesional es para ganar plata y dar espectáculo.

¿Cómo ves el boxeo profesional actual?

Si realmente quieres despegar hay que irse de acá, viajar a Estados Unidos, estar donde las papas queman. Si quieres lograr algo tienes que ir afuera, acá no hay promotoras grandes pero vamos bien encaminados. Esto no se logra de un año para otro, hay que sumar gente, potenciar el boxeo olímpico y así todo va a mejorar.