Uno de los más combativos pesos medios de la historia del boxeo en Chile fue Abelardo Hevia, quien por los tempranos años 20 comenzó su camino en el boxeo. Estudiando los combates siendo acucioso en cuanto la metodología del combate a corta distancia donde siempre destacó, por esos años enfrento y venció por paliza a Luis Vicentini, quien comenzaba su camino en un oscuro club Raab de Recoleta, Hevia fue famoso por su energía derrochada en el ring, avanzando con golpes en el cuadrilátero, intercambiando y bloqueando con sus antebrazos para volver a golpear, el caso de Hevia es particular, aunque en una anterior nota habíamos visto la situación de Santiago Mosca, quien aprendió en los libros, el boxeo.

Hevia colaboraba en los  reportajes ilustrados de la revista Los Sports en montajes técnicos, también muy ligado a la docencia del boxeo en la formación de boxeadores profesionales. Su estilo agresivo se sostenía en un gran desplante físico sobre el ring, esto mismo hacia que fuera vistoso y aclamado, hacia 1920 era un deporte tremendamente popular con más de 80 clubes en la capital, pero sus adeptos más bien tenían rudimentos del deporte y la poca información disponible que existía venia de la radio y los reportajes de los periódicos, fundamentalmente del boxeo norteamericano, de esta manera el único estilo reconocible era el frontal y de intercambio. En 1923 realizo una exitosa gira por Buenos Aires, lugar que era plataforma continental para salir Europa o Estados Unidos, donde fue catalogado como el “Guapo” por los medios trasandinos. Su gira tuvo éxitos y de hecho logro disputar el título Sudamericano contra el mediático púgil Peruano KO. Brisset, en que lamentablemente perdió ante la mayor experiencia del campeón, que pudo resolver la frontalidad del esquema ofensivo de Hevia. Así hacia 1924 siguió participando en combates locales, pero principalmente como formador de boxeadores y entrenador de algunos exitosos como Juan Beiza quien recorrió los Estados Unidos hacia 1925.

Oriundo del barrio obrero Huemul de Santiago, se desempeñó como matarife hasta su muerte uno de los oficios comunes y símbolos de masculinidad durante el primer cuarto del siglo XX. El boxeo también demostraba hacia los albores del deporte ser una oportunidad rentable por medio de la cual un obrero del barrio matadero podía viajar al exterior, la carrera de Hevia tuvo resultados por lo llamativo de sus estilo, que era comercialmente atractivo para el boxeo rentado, debemos comprender como el fenómeno de masas afectaba al boxeo. La vida de Hevia está completamente ligada al boxeo, tanto desde la enseñanza, la práctica y su difusión ilustrada fue un hombre entregado al boxeo y por esto debe ser recordado.