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El paso del tiempo siempre quedará invicto; pero Floyd Mayweather, quien cerró su legendaria carrera en sus términos la noche del sábado en el T-Mobile Arena, estuvo lo más cerca posible de vencer al calendario mismo.

Mayweather salió de un retiro de dos años en su cuarta década de vida, a fin de enfrentarse al campeón UFC de 155 libras Conor McGregor, porque ¿quién no regresaría de una pausa de dos años a los 40 a fin de ganarse (cuando la caja registradora finalmente pare de recibir plata por causa de la pelea) cerca de $300 millones de dólares por una noche de trabajo en otro evento rompe récords?

Mayweather trabajó de verdad, a fin de propinar un nocaut técnico a McGregor, un boxeador novato haciendo su debut profesional en una pelea que fue totalmente ilógica, quizás el motivo por el cual millones de personas quedaron tan intrigadas por el evento.

Pero, si bien Mayweather ganó (y de forma fácil luego que McGregor se alzó con quizás tres rounds tempraneros), el hecho que debió confrontar problemas con McGregor fue un signo que ya no es aquel peleador que dominaba a una estrella tras otra, como lo hizo con Manny Pacquiao, Canelo Álvarez, Oscar de la Hoya, Shane Mosley y Miguel Cotto, por nombrar algunos.

Y si bien McGregor es excelente en el octágono de la UFC, no es boxeador: el hecho que tuvo éxito remoto, por más fugaz que fuese, contra Mayweather, demostró que este último ya no es intocable.

El paso del tiempo tocaba su puerta, como lo hace con todos. Mayweather no es la excepción, y lo sabía incluso antes de subirse al ring.

“No soy el mismo peleador que fui hace 21 años. No soy el mismo de hace 10 años atrás. No soy siquiera el mismo peleador que fui hace dos años”, indicaba Mayweather con miras a la pelea. Lo repitió a menudo en medio de las desatadas expectativas por el choque.

Mayweather sigue siendo un fantástico atleta y se encontraba en gran condición, pero no es la excepción a la regla. Todos envejecemos. Sin embargo, fue lo suficientemente inteligente para entenderlo, decidiendo retirarse del deporte en vez de dejar que el deporte lo retirase a él, como ha pasado con la mayor parte de los grandes pugilistas.

“Esta es mi última pelea, damas y caballeros. Seguro, esta es mi última pelea”, dijo tras la victoria que le dio un hermoso récord de 50-0 para dejar el deporte.

Reveló tras la pelea que dejó de hacer sparring una semana antes de lo usual debido a los dolores en sus manos. Ha tenido problemas con sus manos durante toda su carrera, y dijo que quería mantenerlas fuertes para la pelea y asegurarse que no las presionara mucho durante el entrenamiento. Fue otro reconocimiento de su edad.

Durante la pelea, por primera vez en una gran carrera de 21 años, fue obvio que había cierto decaimiento en las condiciones de Mayweather. Sus piernas no fueron tan buenas como hace dos años, cuando bailó para retirarse tras acabar con André Berto en una defensa del título mundial del peso Welter. Fue convencido de dejar su retiro por la cantidad masiva de dinero que McGregor le ayudaría a generar, pero Mayweather también fue astuto a fin de enfrentarse a un oponente prácticamente sin oportunidades de ganar.

Imagínense si el Mayweather que se vio en el ring en la noche del sábado se hubiese enfrentado a un joven león como el campeón mundial Welter Errol Spence, Jr. Imagínense si hubiese acordado pelear contra el monstruo de los pesos Medios Gennady Golovkin. Esas peleas no hubiesen terminado bien para Mayweather.

Si bien la edad ha causado mella en Mayweather, la inexperiencia de McGregor en el boxeo dificultó que el irlandés pudiese haber aprovechado esa situación por mucho tiempo.

Ha sido un año lleno de retiros en el mundo del boxeo. Bernard Hopkins finalmente colgó los guantes a los 51 años de edad al ser apaleado por Joe Smith Jr. en su última pelea. Wladimir Kitschko también decidió retirarse al ser detenido por Anthony Joshua en una pelea por el título del peso completo que terminó siendo un clásico. Timothy Bradley perdió su último choque ante Pacquiao el año pasado y anunció su retiro a principios de mes. También lo hizo Juan Manuel Márquez, quien venció en su último choque contra Mike Alvarado, pero no pudo hacer lo propio, a los 43 años, con una lesión en la rodilla.

Ahora Mayweather se les une en el retiro, con salud, riqueza y siendo lo suficientemente inteligente para saber cuándo decir “basta”.