Hoy nos parece un gran logro que un boxeador chileno sea capaz de viajar por el mundo y realizar una campaña de al menos 3 combates. Sin embargo, hace 80 años atrás un épico boxeador peso pesado (para la época Romero pesaba 85 kilos y media 1.85 era considerado un peso pesado), viajo por todo el mundo boxeril de la época, teniendo en un plazo de 7 años, la increíble cantidad de 62 combates fuera de Chile, de hecho, solo realizo cerca de 10 combates en Chile, considerando su record de 24-44-7, fue uno de los púgiles de nuestra historia con mayor trayectoria internacional.

Aunque su carrera no digamos llena de éxitos y esto tiene relación con uno de los eternos problemas del boxeo nacional, los manejadores y entrenadores, que, durante la época de oro del boxeo chileno, muchas veces eran inescrupulosos y carentes de mayor empatía por sus “protegidos” a los que solo hacían combatir para pagar sus gastos, entrando en la categoría del boxeo del siglo XIX el “prizefighter”, un púgil que solo compite por la paga, no importando mayormente el resultado de la contienda. Una característica muy habitual en la época.

Quintín Romero salido de una oscura salitrera de Antofagasta en donde se desempeñaba como estibador de puerto, cargando quintales de sacos de Salitre, fue descubierto por el púgil local, Manuel Salinas, en eso años “ser descubierto” significaba, que al presentar condiciones de fuerza y tamaño, era apto para realizar combates amateur de oscuras reglas en las jornadas de descanso de marinos y tabernarios. En una escena casi sacada del siglo XIX, Romero realiza sus primeros combates en Antofagasta y Iquique, desde donde rápidamente gracias a su poderosa envergadura física y resistencia, logro salir airoso. En Santiago siempre faltos de pesos pesados, se realizo en 1921 una espectacular serie de 5 combates contra Alex Rely el peruano que llevaba radicado desde 1919 en nuestro país con gran éxito en las carteleras. En estos titánicos combates, perdió los dos primeros por puntos a 15 asaltos y el tercero lo gano de forma espectacular por KO, ante el invicto Rely, terminando la pentalogía con dos empates. Sin duda estos combates homéricos en los cuales su fama de peleador duro, lo hicieron llegar muy lejos, así fue como en 1921 se trasformó en figura del  boxeo nacional, y pronto preparo sus maletas para cruzar el océano rumbo a Francia, en donde durante 6 meses realizo 3 combates los cuales gano por la vía rápida, recordemos que fue un triunfo no menor en Europa, en donde los últimos chilenos que pisaron París, Manuel Sanchez y Heriberto Rojas, tuvieron que regresar después del inicio de la primera guerra mundial. Con el éxito alcanzado en Francia, rápidamente consiguió pasajes a Estados Unidos, en donde su primera y absolutamente espectacular pelea fue en el Madison Square Garden contra Floyd Johnson tercero en el ranking mundial, si Romero ganaba esta pelea podía quedar en línea para una disputa contra Jack Dempsey en su mejor momento.

Pero el combate, tomado como uno más, termino con un salvaje nocaut para el chileno contra un campeón el cual muchos no querían enfrentar, Romero fue abandonado a su suerte, primero por su entrenador francés Paul Gasquet quien, devastado ante la derrota de la técnica europea de larga distancia, se fue de vuelta a Europa y un mes después su manager Echeverria también volvió a Europa. A todas luces los medios de la época comentan que Romero fue utilizado por sus manejadores, para escalar a una provechosa pelea con Firpo, cosa que nunca pudo concretarse. Asi las cosas, Quintín deambulo de empresario en empresario peleando hasta 3 veces al mes, por toda Norteamérica, lo increíble de su historia, es que combatió en todas las ciudades de Estados Unidos, exceptuando los estados Hawai y Alaska. Así mismo viajo por Canadá, Cuba, México y España. Su dilatada carrera internacional de 7 años en el extranjero, le trajo grandes experiencias como su entrenamiento con los maestros de la época como Jack Dempsey y el gigante Primo Carnera. Conoció a todas las estrellas del boxeo de aquellos años, y según su relato llego a combatir en 12 países, alrededor del mundo. Romero tuvo, una experiencia dilatada en el extranjero, pero también muchas desventuras, a mediados de 1925 quedo sin entrenador y sin manager, las constantes peleas mensuales que tenía, lo causaron una fractura esternón, y esto provoco la cancelación de su licencia hacia 1930, razón por la cual tuvo que volver a Chile, donde realizo sus cuatro últimos combates, con el magro resultado de dos derrotas y dos empates. Tommy Lougham (90-25-10) contemporáneo, y uno de los mejores peso semi pesados de la historia, hablo a los medios norteamericanos sobre Romero y el pugilismo sudamericano en general, en su lapidaria opinión los púgiles sudamericanos, eran aguerridos y fuertes, sin embargo su talón de Aquiles eran sus manejadores, quienes no tenían el mas mínimo interés en cuidarlos, lanzándolos a combates tras combates contra rivales muchas veces con demasiada superioridad, y sin entrenamiento moderno, como fue el caso de la espectacular pelea debut de Quintín Romero en Estados Unidos contra Johnson. El mismo Lougham habla de Romero como un boxeador duro y aguerrido que, tras tantas batallas inútiles, quedo inservible para la profesión. El largo periplo por el mundo de Quintín Romero le paso la cuenta y la acumulación de derrotas y malos negocios también, haciendo obligatorio su retiro por razones de salud en 1931. Romero siguió ligado al boxeo como instructor del Ejercito en 1941 y retirándose con posteridad a su natal Antofagasta donde falleció en 1972. Así termino la historia de este muy viajado boxeador.