Cuando Andrew Cancio (30 años) recibió la noticia de que pelearía por el título mundial ante el campeón super pluma de la AMB, Alberto Machado, se encontraba trabajando, como todos los días, en su puesto de técnico en reparación de cañerías de gas de la Southern California Gas Company en Estados Unidos.

Cancio no es un boxeador tiempo completo, o no lo era hasta este sábado. Cada mañana se despertaba a las 4:30 de la mañana para correr entre 8 y 10 kilometros, luego de eso va a trabajar a las 6:30 hasta las 3 de la tarde.

Luego de aburrirse martillando cemento, se sube a su auto hasta el gimnasio donde entrena en Oxnard, California, una rutina sagrada que Cancio ha seguido por años.

Incluso, debido a su trabajo ha tenido que cancelar sesiones de entrenamiento o peleas, por tener que cubrir un turno de último minuto o alguna fuga de gas de emergencia.

Por lo mismo, el boxeo casi queda definitivamente de lado en 2016, luego de perder aparatosamente por KO ante Joseph “Jo Jo” Díaz. “Cuando perdí con Díaz dije he termindado. Estaba muy cansado y no quería volver a empezar desde cero”, señaló Cancio.

Tuvieron que pasar dos años para volver al boxeo, logró un par de victorias y recibió nuevamente la oportunidad de ir por un título. No por sus méritos, sino porque asomaba como un rival accesible para el campeón Machado.

Las apuestas estaban 16 a 1 en su contra, pero Cancio se tenía fe. Hizo que un compañero de trabajo suyo lo cubriera en el turno para ir a pelear y el resto es historia.

Una serie de ganchos al hígado tumbaron al campeón y concretaron la sorpresa. Andrew Cancio, el mismo se sumerge en la tierra para reparar cañerías de gas, ahora llegaba más alto que nadie en el deporte que es su pasión, el boxeo.

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