Deontay Wilder logró retener su cinturón mundial de los pesos pesados ante Tyson Fury tras una gran batalla y un resultado más que inesperado.

El estadounidense se mostró agresivo en los primeros rounds, pero su estrategia fue mermando con el transcurrir de la pelea ante un británico que hizo gala de mejores recursos y que en varias oportunidades lo hizo “cazar moscas”.

The Gipsy King mostró sus mejores armas en el séptimo asalto, donde dejó claro sobre el ring que su receso afectó poco y nada a sus condiciones. Sin embargo, la pegada volvió a salvar a Wilder y en el round nueve derrumbó a Fury desatando el desconcierto en el Staples Center.

El último asalto fue la guinda de la torta. Tras una gran combinación, The Bronze Bomber hizo mella en la defensa de Fury y lo volvió a poner en la lona. La imagen era impactante con el británico desaparramado en medio del ring. Sin embargo, ante la sorpresa de todos, se levantó contra todo pronóstico y logró cerrar un combate de pie.

Las tarjetas son por cierto discutibles y polémicas. El canadiense Robert Trapper la vio 114-110 para Fury, el mexicano Alejandro Rochin 115-111 para Wilder y el británico Phil Edwards un 113-113 que determina un empate por decisión dividida que augura una más que merecida revancha.