Guillermo Rigondeaux pasó la semana en Las Vegas bajo promesas de mayor acción en el cuadrilátero y ofrecer espectáculo a los aficionados al boxeo.

Sin embargo, después de sus primeros dos asaltos frente a Drian Francisco, la gente ya abucheaba al ex campeón mundial cubano, que enfrentó su primera pelea en 11 meses.

Rigoindeaux ganó por decisión de cualquier manera frente a un rival filipino que ofreció poco o nada, ante la movilidad enemiga. Pero intentó por momentos.

“Me sentí terrífico después de la pelea”, dijo Rigondeaux. “Él tiró buenos golpes pero no hicieron nada a mi estilo, que lo superó. Fueron 11 meses sin pelear y en definitiva por momentos lo resentí. Es bueno regresar al ring con una victoria”.

El cubano dio pinceladas de su capacidad técnica, su juego de pies y análisis del rival. Pero sobre todo de paciencia para evitar caer en el juego de los aficionados que exigieron más acción sobre el ring.