El esperado combate entre Saúl “Canelo” Álvarez y Gennady “GGG” Golovkin ha generado una ola de opiniones entre fanáticos y especialistas debido al fallo salomónico al que tuvieron que acudir los jueces de Las Vegas: Un empate que no parece acomodarle a nadie.

Tanto el kazajo como el mexicano se sintieron ganadores tras la pelea y no faltaron los comentarios destemplados que incluso acusaron un nuevo robo en Nevada, Estados Unidos, como ha sido la tónica que envuelve a la oscura Comisión Atlética de ese estado.

Las tarjetas del jurado presente en el T-Mobile resultaron ser una suerte de contraste entre todas las opiniones que inundan las redes sociales desde el sábado: Mientras Don Trella apreció un 114-114 y Dave Moretti un 115-113 a favor de Golovkin, Adalaide Byrd enviaba toda la competitividad a la basura con un irracional 110-118 a favor del Canelo.

Fuera de la oficialidad, los resultados tampoco fueron una alabanza a la coherencia. Harold Lederman (HBO) vio un abultado 117-111 a favor del campeón, mientras que Marcelo González (Space) moderó su fallo con un 115-113 para el europeo.

Por su parte, tanto David Faitelson (ESPN) como Mike Coppinger (USA Today) apreciaron un empate. En el otro extremo, Dany Howard (The Boxing Tribune) vio un estrecho 113-115 a favor del Canelo, mucho más apretado que el 112-116 que apreció el veterano Eduardo Lamazón (TV Azteca).

El portorriqueño Damián Ferrer (La Esquina Neutral) puntuó un 116-112 a favor de Golovkin y al conocer el resultado hasta hizo un Facebook Live “sin filtro” para despotricar a los cuatro vientos el robo que presenció en Las Vegas. Mientras que el panameño Juan Carlos Tapia Rosas (Lo mejor del boxeo) no escatimó en detalles para señalar que el kazajo no mereció ganar y que Álvarez había realmente boxeado como se debe hacer: golpeandoy que no te golpeen.

¿Quién ganó realmente? ¿Por qué hay tanta disparidad en los resultados? Revisemos algunos elementos claves para desentrañar la pelea.

1. El nivel de competitividad: Este es un factor que se conocía de antemano. Los pronósticos más serios apuntaban a un combate cerrado, con difícil posibilidad de KO y donde cada boxeador pondría al servicio del combate sus armas: Canelo su defensa y contragolpe, Golovkin su persistente jab y conocidos golpes de poder.

Si esta pelea se hubiera realizado hace dos años, prácticamente era indudable el triunfo del europeo. Pero el mexicano ha crecido mucho desde entonces, pese a que se ha criticado el nivel de sus rivales: Amir Khan o Chávez jr., sin ir más lejos. Pero pocos quieren acordarse que el kazajo noqueó a un desconocido Dominic Wade, o que Kell Brook se infló hasta más no poder para subir dos categorías. También habría que poner en la balanza si pelear con David Lemieux significa más que enfrentar al experimentado Miguel Cotto en pleno 2015.

Los dos llegaban a esta pelea en muy buen nivel y ambos tenían posibilidades de ganar el combate.

2. Rounds estrechos. Los jueces, pese a sus diferencias, concordaron en al menos seis rounds: 1, 2, 4, 10, 11 y 12. Lo más curioso es que cinco de los asaltos unánimes fueron a favor del Canelo Álvarez y solo uno para Golovkin.

Revisando nuevamente el combate, la apreciación general es real, pero no así los números. Efectivamente, medio combate se definió en rounds estrechos, pero a mi juicio fueron el 3, 5, 6, 7, 11 y 12. En mi tarjeta personal le di cuatro de esos asaltos a Golovkin (3, 5, 11 y 12), mientras que Álvarez solo dos (6 y 7).

En lo global, me parece que hay tres rounds que fueron inapelablemente ganados por el Canelo (1, 2 y 10), mientras que para Golovkin el asalto 4 fue el único en el que convenció realmente, debido a la pasividad que mostró el mexicano.

A algunos aún le quedan dudas sobre los rounds 8 y 9, lo que hace aún más complejo el análisis. En lo personal, ambos fueron para el europeo, lo que me dejó una tarjeta empate 114-114, al igual que el juez Don Trella, aunque en diferentes rounds.

3. ¿Volumen o eficacia? Una vez concluido el combate, los especialistas acudieron a los datos de Compubox para contrastar cifras. El resultado era elocuente: Golovkin conectó más pero también falló más, mientras que Canelo conectó menos pero fue más eficaz.

Estas estadísticas son útiles para complementar el análisis. Por ejemplo, un dato muy esclarecedor de Compubox – servicio que también está sujeto a errores, porque es puntuado por seres humanos- son los pocos golpes que lanzó y conectó el kazajo a la zona media.

También hay datos que respaldan otras aristas del análisis: El jab fue el golpe más efectivo del kazajo, el número de golpes fallados hablan de la buena defensa de Álvarez y el bajo número de golpes lanzados por este refuerza que se escudó en su estilo contragolpeador.

Así mismo, es decidor que el Canelo haya conectado más golpes de poder que Golovkin, pese a haber lanzado muchos menos. Pero todas estas son estadísticas no ayudan del todo a hacerse una idea del resultado, porque el boxeo es un deporte de apreciación que se va puntuando round a round.

4. El relato de la pelea. Si comenzamos a apilar estos elementos de análisis, la historia del combate entre Canelo Álvarez y Gennady Golovkin es más o menos así: El mexicano arranca deslumbrando al campeón con su movilidad. Anula su jab, pero hacia el cuarto round se comienza a evidenciar su desgaste y empieza a descansar en las cuerdas. Cumplida media pelea, el kazajo ya lo ha alcanzado en puntos y está todo muy igualado.

¿Cómo se puede desnivelar el pleito? En base a resistencia y asimilación de golpes. Desde el séptimo round, el combate se empezó a definir en el intercambio. Tanto jueces como fanáticos querían ver un ganador, el que se coronaría en la corta distancia.

En una primera instancia, el terreno era fértil para Golovkin y eso predispuso a muchos. El campeón estaba en su terreno y solo debía noquear antes del décimo. Sin embargo, el Canelo fue estratégico, aprovechó la desesperación del kazajo, lo que igualó aún más el combate.

¿Qué se prefiere, entonces? ¿El ataque persistente del campeón, que dominó el centro del cuadrilátero durante casi toda la pelea, o la estrategia del retador, quien con inteligencia lo hizo fallar aún más y administró precisos golpes a lo largo de cada asalto? Estos criterios resultan claves a la hora de definir rounds estrechos.

En resumen, el empate parece ser más justo de lo que aparenta. En peleas apretadas y con tal número de rounds estrechos, no existe el robo, solo diferencia de opinión, de criterio y hasta preferencia por estilos. Excepto por Adalaide Byrd, quien afortunadamente fue sancionada por su abultada tarjeta.

Por Camilo Espinoza Mendoza.