Oscar Francino[1], fue uno de los más hábiles boxeadores de la escena nacional de 1940, una época de auge de los estilistas y el boxeo amateur, con una gran cantidad de ligas a nivel nacional  y con constante crecimiento desde las bases, como el campeonato de los Barrios que se inició en 1946 y fue entregando una ingente cantidad de pugilistas cada vez más competitivos, así mismo las FF.AA participaban activamente en el box nacional, Francino fue tributario de todos estos espacios, Iquiqueño, llego al boxeo amateur en 1942, año en que como debutante llego a las semifinales del torneo nacional, pero en 1943, alcanzo el título Nacional Amateur y fue visto por la aviación como una carta contundente, ingresando a la Fuerza Aérea, en 1944 domino la categoría gallo, bajo la dirección del legendario “Tani”, dando el salto a los pesos livianos y al profesionalismo en 1946.

Oscar Francino lucia con un estilo ágil a base de contragolpes y desplazamientos, ganando con un bello estilo de boxeo, tributario de Carabantes[2] y  Antonio Fernández Fernandito[3], con un estilo poco común en los ring nacionales, Francino llamaba la atención por su habilidad técnica y velocidad , este año alcanzo el título nacional de livianos, sin embargo el destino fue fatídico con el “Negro” Francino, en 1947 mientras defendía su título de campeón ligero de Chile contra Mario Salinas otro de los boxeadores destacados de la década, este le rompió la nariz y desde ahí Francino fue declinando en rendimiento, afectado físicamente, fue perdiendo sus combates y desmoralizándose irremediablemente, así en 1949 disputo en Buenos Aires su ultimo combate contra la estrella local José Gatica, siendo derrotado de manera apabullante, a pesar del valor suicida que Francino mostro al querer seguir combatiendo, las lesiones tanto físicas como morales sepultaron su carrera.

El boxeo en los años 40 paso por una etapa de experimentación, en la cual la influencia del combate a larga distancia iba tomando poco a poco terreno, con los exponentes tanto nacionales como internacionales, ya estaba en primera línea Sugar Ray Robinson, quien se mostraba imbatible en Estados Unidos. Así mismo el boxeo nacional en su mayor parte adolecía de problemas como exceso de frontalidad y defensas rudimentarias, en lo competitivo, el circuito profesional si bien todavía vigente, comenzaba a mostrarse falto de exponentes con posibilidades de proyección más lejos que el ámbito latinoamericano. En este contexto Francino revitalizó con un boxeo estético, el ambiente nacional dominado por los “guapos” que intercambiaban golpes y le dio respaldo a la escuela de Antonio Fernández “Fernandito”

[1] http://boxrec.com/boxer/171352

[2] Véase Raúl Carabantes, el estilista Valdiviano   http://boxeadores.cl/2016/03/14/raul-carabantes-el-estilista-valdiviano/

[3] http://boxeadores.cl/2016/09/22/antonio-fernandito-fernandez-el-eximio/